Las 5 enfermedades que el omega 3 mantiene a raya

El omega 3 es un tipo de ácido graso poliinsaturado esencial para el cuerpo humano, aunque el organismo no puede producirlo por sí mismo y debe obtenerlo a través de la dieta.

Su presencia es fundamental para la salud cardiovascular, el desarrollo y la función cerebral, la salud ocular y la de la piel y el cabello, entre otros beneficios para la salud. De hecho, se ha demostrado que el consumo regular de omega 3 está asociado con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, la mejora de la salud cerebral y la reducción de la inflamación en el cuerpo.

Qué es el omega 3

Hay tres tipos principales de ácidos grasos omega 3 que son importantes para la salud humana:

• Ácido alfa-linolénico (ALA): Este tipo de omega 3 se encuentra en alimentos de origen vegetal como las nueces, las semillas de chía, las semillas de lino y el aceite de soja.
• Ácido eicosapentaenoico (EPA): Está presente principalmente en pescados grasos como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas.
• Ácido docosahexaenoico (DHA): También se encuentra sobre todo en pescados grasos y, en menor medida, en alimentos de origen vegetal como las algas.

Pero no sólo hay que apostar por una mayor ingesta de alimentos ricos en omega 3, sino que es vital mantener un equilibrio adecuado entre los ácidos grasos omega 3 y omega-6, puesto que ambos desempeñan roles importantes en el organismo.

Una dieta occidental típica tiende a contener una proporción excesiva de omega-6 en comparación con omega 3, lo que puede contribuir a la inflamación crónica y a aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. Por lo tanto, se recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en omega 3 y reducir el consumo de los que tienen mucho omega-6 para mantener un equilibrio saludable entre ambos tipos de ácidos grasos.

Enfermedades que el omega 3 ayuda a combatir

El omega 3 ha demostrado tener una amplia gama de beneficios para la salud y puede ayudar a combatir varias enfermedades. Algunas de las dolencias y afecciones en las que el omega 3 puede desempeñar un papel beneficioso permiten que no sólo se tome el omega 3 de manera directa a través de la ingesta de alimentos ricos en este ácido graso, sino también mediante la toma de suplementos.

Algunas de las enfermedades que puede ayudar a tratar el omega 3 son:

Enfermedades cardiovasculares

Los ácidos grasos omega 3, especialmente el EPA y el DHA, tienen efectos beneficiosos en el sistema cardiovascular. Ayudan a reducir los niveles de triglicéridos en la sangre, que son un factor de riesgo para las enfermedades del corazón. Además, tienen propiedades antiinflamatorias y antiarrítmicas, lo que puede reducir el riesgo de arritmias cardíacas y mejorar la función endotelial, lo que contribuye a la salud de los vasos sanguíneos.

Numerosos estudios epidemiológicos y ensayos clínicos han demostrado una asociación entre el consumo de omega 3 y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular.

 La suplementación con omega 3 se ha asociado con una disminución del riesgo de muerte cardíaca súbita, una reducción en la incidencia de eventos cardiovasculares mayores y una mejora en la función cardiaca en personas con enfermedad cardíaca establecida.

Artritis reumatoide

Esta dolencia es una enfermedad autoinmune caracterizada por inflamación crónica de las articulaciones. Los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la hinchazón y el dolor en las articulaciones afectadas.

Varios trabajos científicos han mostrado que la suplementación con omega 3, especialmente EPA y DHA, puede reducir los marcadores de inflamación y mejorar los síntomas en personas con artritis reumatoide, como el dolor articular y la rigidez matutina.

La inclusión de omega 3 en la dieta o como suplemento puede reducir la necesidad de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) y mejorar la calidad de vida en pacientes con artritis reumatoide.

Depresión y trastornos del ánimo

Se cree que los ácidos grasos omega 3, especialmente el EPA, pueden afectar los neurotransmisores cerebrales y la función cerebral, lo que puede influir en el estado de ánimo y la depresión.

Estudios han demostrado una asociación entre niveles bajos de omega 3 en sangre y un mayor riesgo de depresión y otros trastornos del estado de ánimo. La suplementación con omega 3 se ha asociado con una mejora en los síntomas depresivos y una reducción en el riesgo de trastornos del estado de ánimo.

La inclusión de alimentos ricos en omega 3 en la dieta o la suplementación con omega 3 ha demostrado ser beneficiosa como parte del tratamiento para la depresión y otros trastornos del estado de ánimo, especialmente cuando se combina con otras formas de tratamiento.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

Se cree que los ácidos grasos omega 3, especialmente el DHA, son importantes para el desarrollo y funcionamiento del cerebro. La deficiencia de este ácido graso puede afectar la función cerebral y contribuir a los síntomas del TDAH.

Algunos trabajos científicos han encontrado que la suplementación con omega 3, especialmente DHA, puede tener efectos beneficiosos en la reducción de la hiperactividad, la impulsividad y la falta de atención, especialmente en niños.

Por tanto, la inclusión de omega 3 en la dieta o la suplementación con este ácido graso puede ser útil como parte del tratamiento para el TDAH, aunque hay que admitir que se necesita más investigación en esta área para poder concluir sobre los presuntos beneficios del omega 3 en relaación con los trastornos por déficit de atención.

Alzheimer y deterioro cognitivo

El omega 3, especialmente el DHA, son componentes importantes de las membranas celulares en el cerebro y están involucrados en el mantenimiento de la función cerebral y la salud neuronal.

Diversos estudios han demostrado una asociación entre el consumo de omega 3 y un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo en personas mayores. De hecho, se considera que el DHA es particularmente importante para estos efectos.

Así, la inclusión de alimentos ricos en omega 3 en la dieta o la suplementación con éste puede ayudar a mantener la función cognitiva y reducir el riesgo de Alzheimer y deterioro cognitivo en personas mayores.

Sin embargo, al igual que sucedía en el caso anterior, también se necesita más investigación para confirmar estos efectos y determinar la dosis óptima de omega 3 para la salud cerebral a largo plazo. Y es que aún queda mucho por saber de los posibles beneficios del omega 3 y, sobre todo, del Alzheimer, pese a que es una de las grandes enfermedades de este siglo.

Estos han sido solo algunos ejemplos de las enfermedades y condiciones en las que el omega 3 puede resultar beneficioso. Sin embargo, es importante subrayar que el omega 3 no es un tratamiento único para estas afecciones y que siempre, en todos los casos, es mejor consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplemento.