Elisa Ramírez volvió a ejercer ayer de primera actriz. Ella y su esposo, el director y productor oriolano Diego Serrano, fueron los protagonistas de la ceremonia de celebración del 50 aniversario de su boda, que tuvo lugar en abril de 1961 en la capital de la Ribera Alta, ciudad natal de la actriz. Los "novios" han escogido esta vez un escenario civil para repetir el "sí, quiero": el recién restaurado Salón Noble del ayuntamiento alcireño acogió la ceremonia, que dirigió la alcaldesa, Elena Bastidas.

Una ficha filmográfica sirvió de guión para los asistentes, su familia y sus amistades más íntimas. "Ha sido una idea del novio", comentaba uno de los invitados mostrando el peculiar tarjetón. Bajo el título de Sinopsis Argumental, el díptico resumía la historia de amor de la pareja: "Se conocieron una noche de ensueño en un teatro de Madrid", comienza. E incluía como Reparto una lista que encabezaban los novios, como primeros actores, los testigos y madrinas y la oficiante. "Una nueva etapa comienza", concluía el tarjetón.

La alcaldesa quiso recordar durante la ceremonia la importancia de Elisa Ramírez como embajadora de la ciudad. La actriz, que debutó a los 19 años en el teatro con la compañía de Lilí Murati, desarrolló su carrera principalmente durante las décadas de los 60, 70 y 80 y acumula una larga trayectoria tanto frente a las cámaras como sobre el escenario. Participó en el conocido espacio de RTVE Estudio 1, formando parte del reparto de más de una decena de obras entre 1965 y 1981, y fue también un rostro habitual en las obras de Novela, otro espacio dramático de la televisión, medio en el que más se ha prodigado. Debutó en el cine de la mano de Jesús Fernández Santos en 1963, con Llegar a más y actuó en Curro Jiménez (1977) y en Tristeza de amor (1986), dos producciones de gran éxito.

Formó compañía propia y recorrió la geografía española con sus espectáculos hasta que a mediados de la década de los 80 se apartó de escena.