La estabilidad y fuerza que el vórtice polar ha mantenido durante todo este invierno podría provocar un enorme agujero en la capa de ozono del hemisferio norte, según han advertido hoy especialistas como Víctor González, experto de Meteored.

La capa de ozono es una franja que se encuentra en la estratosfera y se caracteriza por albergar una mayor concentración de este gas respecto al resto de la atmósfera. La capa de ozono absorbe con facilidad la radiación dañina del Sol, de ahí su importancia.

Los cristales de hielo actúan como un catalizador y facilitan que los compuestos con cloro reaccionen con el ozono. Estos aparecen en los puntos más fríos de la estratosfera, donde la falta de vapor de agua facilita la cristalización y ésta da paso a la formación de nubes estratosféricas polares.

En esta ocasión, debido a la estabilidad del vórtice polar el aire frío no se trasladará y mantendrá la creación de cristales de hielo y la presencia de nubes estratosféricas polares en las próximas semanas, lo que avivará la devastación del ozono estratosférico. En las últimas mediciones del 11 de febrero ya se vieron los primeros signos de agotamiento, que podrían ser el inicio del gran agujero que se prevé que surja.

Una situación similar en 2020

En marzo de 2020 se dio una situación muy parecida en la que la velocidad de destrucción del ozono estratosférico superó al de su regeneración. Esta circunstacia ocurre en ocasiones durante el invierno, aunque aquel caso fue excepcionalmente intenso y dio lugar a un agujero con una magnitud nunca medida sobre el Ártico.

Los especialistas alertan de la apertura de un gran agujero en la capa de ozono.

En estos escenarios, la radiación ultravioleta resulta ser más perjudicial, pero las alteraciones en la capa de ozono no suelen salir de latitudes altas y tienden a reconstruirse según transcurre la primavera.

No obstante, es un fenómeno a controlar porque puede acabar siendo insólito.