Relaciones

'Breadcrumbing': un nuevo hábito tóxico de las relaciones en la era de las redes sociales

Esta práctica es muy dañina para una de las partes de la pareja, mientras la otra alimenta su ego

'Breadcrumbing', una nueva -y tóxica- forma de relacionarse por WhatsApp

'Breadcrumbing', una nueva -y tóxica- forma de relacionarse por WhatsApp / Archivo

L.P.

Cuando las redes sociales y WhatsApp llegaron a nuestras vidas cambiaron la forma que teníamos de relacionarnos, también afectivamente. Hemos cambiado las largas conversaciones por teléfono por chats que nunca terminan por aplicaciones de mensajería.

Pero no es solo eso, las redes sociales han creado una infinidad de nuevas formas de conocer a gente afín o ponerse en contacto con alguien que nos gusta sin la presión o el nerviosismo que esto supone en el cara a cara. Un 'like' inocente, una respuesta a una historia en Instagram o un comentario en una foto son formas fáciles de entablar una conversación con alguien y que son el día a día de muchos jóvenes.

Pero esta facilidad de contacto también conlleva la facilidad para perderlo sin dar explicaciones ni asumir consecuencias. Ya hemos hablado largo y tendido sobre el 'ghosting', esa desaparición sin previo aviso que consiste en dejar de responder a los mensajes de otra persona.

De los creadores del 'ghosting' llega el 'breadcrumbing', otro hábito tóxico de las relaciones afectivas en línea.

Mirar el móvil cada cierto tiempo para ver si tu ligue te ha contestado, hacerte esperar varias horas o incluso días, pero darte "miguitas de pan" (en inglés, "breadcrumbs") de vez en cuando para tenerte ahí. En eso consiste el 'breadcrumbing'.

En otras palabras, es una persona que está en tu vida de forma latente, nunca se va del todo, pero nunca se queda. La persona que lo hace va dando miguitas, de vez en cuando, a otra persona que sabe que tiene interés, para mantenerla enganchada y evitar que la relación se termine. Esta alimentación emocional intermitente mantiene la ilusión de la persona interesada de que un día pase algo, mientras que la otra persona sabe que nunca tendrán una relación pero esta atención nutre su ego.

De esta manera, la persona que recibe el 'breadcrumbing' se siente desconcertada, sin comprender bien qué hacer, pues las señales que recibe son contradictorias. Este tira y afloja, sin darnos cuenta, acaba enganchando y generando unas dinámicas muy poco sanas. Mientras que uno alimenta su ego, el otro ve su autoestima dañada por esta práctica.

La mayoría de personas que hacen 'breadcrumbing' mantienen varias relaciones abiertas de esta manera. Con poco esfuerzo, una persona puede sentirse deseada y, así, aumentar su ego. Mantienen el interés de varias personas, reforzando con miguitas su relación, pero sin dejar las cosas claras.

¿Qué hacer si detectamos que nos hacen 'breadcrumbing'?

La mejor manera de lidiar con una persona que utiliza este tipo de prácticas tóxicas es la comunicación. Hablar claro y hacerle ver que esta manera en la que nos está tratando no es sana sería el primer paso a dar. De esta forma, la otra persona deberá poner las cartas sobre la mesa y saber qué quiere realmente.

Si esta persona no está dispuesta a cambiar el tipo de relación, podremos decidir si seguir manteniendo el contacto a sabiendas de lo que está haciendo -lo que rebajará la incertidumbre- o si, por el contrario, preferimos cortar la relación.