Otoño

Lleida, una explosión de colores y un despertar de sabores

Gastronomía, naturaleza y actividades al aire libre, las comarcas leridanas se convierten en otoño en un destino ideal para todas las familias

Montesclado-Tirvia. Pallars Sobirà

Montesclado-Tirvia. Pallars Sobirà / Josep Barbero

Sergi Martí

Con la llegada del otoño, el agua fresca vuelve a brotar en los arroyos y las fuentes naturales recuperan su vida. Los árboles cambian de color y los tonos ocres, marrones y rojizos toman protagonismo en los diferentes valles del Pirineo y las zonas de montaña de la demarcación en un estallido cromático que se convierte en un auténtico espectáculo visual. Es también en este período otoñal cuando la gastronomía leridana vive uno de sus momentos más destacados, y los productos de temporada, con las setas en el epicentro, se vuelven protagonistas en las cocinas de nuestras comarcas.

Cuando los meses de verano y las altas temperaturas quedan atrás, los parajes naturales del Pirineo se llenan de contrastes policromáticos y el olor a sotobosque húmedo comienza a ganar presencia, siendo un buen momento para volver a disfrutar de la naturaleza, respirar aire puro aprovechando las numerosas rutas señalizadas para senderistas o amantes del ciclismo de montaña que ofrece la demarcación, o sumergirse en un baño de bosque en medio de un paraje forestal. El Pirineo y las Tierras de Lleida tienen 13 puntos identificados para llevar a cabo esta práctica que propone entrar en simbiosis con la naturaleza y conectar con los cinco sentidos todo lo que nos rodea.

Es en los majestuosos parajes naturales del Pirineo donde se puede descubrir uno de los grandes espectáculos que nos ofrece la naturaleza en esta época, la berrea del ciervo, que se puede disfrutar cada año desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre en diferentes puntos de los bosques leridanos. Los Parques Naturales del Alt Pirineu y del Cadí-Moixeró, el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici y la Reserva Nacional de Caça de Boumort son los escenarios donde tiene lugar el ritual de apareamiento de estos grandes ungulados, y es en esta época cuando es más fácil observarlos por el bosque o cruzando caminos.

A primera hora de la mañana o al atardecer son los momentos ideales para escuchar la berrea de los machos, que intentan atraer a las hembras emitiendo un sonido peculiar y singular que se ha convertido en todo un atractivo turístico en los últimos años. Y para no perturbar a los animales en este momento vital, desde el territorio y desde los propios parques se ofrecen paquetes turísticos y salidas guiadas en compañía de guías especializados y autorizados que garantizan que se pueda contemplar este fenómeno de la naturaleza sin interferir en el proceso.

Los sabores de la tierra

Los espacios naturales del Pirineo siguen siendo durante el otoño un destino perfecto para disfrutar de la naturaleza en familia, en pareja o con amigos. Los senderistas que aprovechan aún el buen tiempo, que cada vez se alarga más, se encuentran con los primeros buscadores de setas que se acercan al Pirineo de Lleida en busca de ‘rovellons’, ‘ceps’, ‘rossinyols’, ‘fredolics’, ‘trompetes de la mort’, ‘cama-secs’, ‘moixernons’ y muchas otras variedades comestibles que se pueden encontrar en los bosques de montaña durante estos meses.

Octubre y noviembre ofrecen condiciones ideales, con el aumento de la humedad y un clima más suave, para que los hongos crezcan en nuestros bosques. La seta, aunque se encuentra en otras épocas del año, se ha convertido en uno de los productos por excelencia del otoño y a su alrededor se articulan propuestas gastronómicas diversas coincidiendo también en unos meses en los que los sabores de la tierra despiertan con fuerza en las comarcas de Lleida, destacando productos de temporada como el aceite de oliva virgen extra.

A pesar de ser un producto presente durante todo el año, el elixir dorado que se elabora en las Tierras de Lleida tiene a partir de octubre y hasta diciembre su momento más álgido con el inicio de la producción y con el aceite del primer prensado, que marca el inicio de la elaboración del nuevo producto de la temporada. Los productores que trabajan bajo la Denominación de Origen Protegida (DOP) de les Garrigues son el máximo exponente en las comarcas de Lleida del sector oleícola y es durante estos meses el mejor momento para visitar los molinos y las cooperativas de estos pueblos elaboradores de aceite, donde además de poder comprar un producto de máxima calidad, el visitante puede realizar otras actividades complementarias que se articulan en torno a la cultura del aceite como degustaciones, visitas guiadas a espacios musealizados de las cooperativas, rutas a pie o en bicicleta, entre otras.

También durante la temporada de otoño, alrededor de este y otros productos gastronómicos, toman especial protagonismo en todo el territorio ferias y fiestas donde los productos y los sabores de la tierra son el eje central de las actividades. Algunos ejemplos son la Feria del Higo de Alguaire; la Feria de la Almendra de Vilagrassa; la Feria del Turrón y el Chocolate a la Piedra de Agramunt; la Feria de San Ermengol y del Queso del Pirineo en La Seu d'Urgell; la Feria de la Girella de El Pont de Suert; la Feria de la Manzana de Barbens; la Feria de la Seta y del buscador de setas de Solsona; la Feria del Membrillo de Tremp; la Primera Premsada, aceite, arte y gastronomía de La Granadella; la Fiesta del Aceite y Productos Artesanos de Juncosa; la Fiesta del Aceite Nuevo de Castelldans; la Fiesta del Aceite y de las Orelletes de La Pobla de Cérvoles, el 12 de diciembre, y la Fiesta del Aceite de Els Torms.

Es tiempo de enoturismo

Y si hablamos de gastronomía en el Pirineo y las Tierras de Lleida, es obligatorio mencionar también las propuestas enológicas de la demarcación que, bajo la Denominación de Origen Costers del Segre, dividida en siete subzonas diferentes (Artesa de Segre, Garrigues, Pallars, Raimat, Segrià, Urgell y Valls del río Corb), ofrecen vinos de calidad que han ganado peso y se han abierto paso en el mercado durante los últimos años. Cuando llega el otoño, es también tiempo de vendimia, y la creciente oferta enoturística de las comarcas leridanas se ha organizado en torno a la Ruta del Vino, una iniciativa que busca abarcar y dar forma a la experiencia turística, invitando a combinar la visita a las bodegas con otras actividades de ocio y culturales, así como degustaciones gastronómicas en diversos restaurantes de Lleida y estancias en alojamientos (hoteles y casas rurales) de la demarcación.

Por lo tanto, el enoturismo es una experiencia que enriquece las tierras del vino y a quienes las visitan. Además, las propias bodegas ofrecen sus propuestas para complementar las visitas guiadas y las degustaciones. En el ámbito enológico, las comarcas de Lleida ofrecen durante los meses de otoño una serie de propuestas gastronómicas y enoturísticas interesantes que harán las delicias de los turistas amantes de la buena comida, los productos locales de calidad y los vinos de primer nivel para acompañar.

Otoño en familia

El Pirineo y las Tierras de Lleida se han convertido en un destino de referencia para el turismo de proximidad y familiar, gracias a la suma de muchos factores, como la red de alojamientos de alta calidad, los excelentes profesionales al frente de las empresas del sector, así como los técnicos de turismo que atienden a las 60 Oficinas de Turismo de la demarcación, ofreciendo información personalizada a los visitantes y una amplia y variada gama de propuestas pensadas para todos los gustos y edades.

El Tren de los Lagos es uno de los mejores ejemplos, ya que propone recorrer el trayecto entre Lleida y La Pobla de Segur en un tren histórico que cuenta con las locomotoras diésel 10817 y 10820 tirando de cuatro coches de época o con la versión del tren panorámico, más moderno y cómodo, que permite disfrutar de un viaje de ensueño que cruza los campos de frutales de la Plana, atraviesa la sierra del Montsec y bordea las grandes extensiones de agua de los embalses de Sant Llorenç de Montgai, Camarasa, Terradets y Sant Antoni. Los bosques y paisajes que muestra el otoño a lo largo del recorrido complementan una experiencia perfecta para disfrutar en familia.

El otro gran espectáculo visual que ofrece la demarcación de Lleida en otoño se puede observar alzando la vista hacia el cielo en lugar de mirar al suelo. En concreto, el cielo del Montsec, entre La Noguera y el Pallars Jussà, considerado uno de los mejores del mundo para la observación astronómica y alejado de la contaminación lumínica de las grandes ciudades. Este lugar privilegiado ostenta el certificado de reserva y destino turístico Starlight, un reconocimiento de la UNESCO que avala la calidad del cielo nocturno y que también distingue al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. En este sentido, el Parque Astronómico Montsec, ubicado en el municipio de Àger (La Noguera), es el espacio de investigación y divulgación de referencia en materia de astronomía y un lugar para visitar en familia y acercarse al universo. Además, durante estos meses se celebra la 13ª edición de Música bajo las Estrellas, un ciclo que combina espectáculos musicales con la observación de las estrellas y visitas guiadas al centro.

La demarcación también atesora un potente patrimonio cultural e histórico, ideal para visitar en familia. Desde la Seu Vella de la ciudad de Lleida hasta los castillos de frontera de la Segarra o el Castillo de Mur en el Pallars Jussà, pasando por el románico que se encuentra en diferentes lugares del Pirineo y las Tierras de Lleida, y que tiene su máximo exponente en el conjunto de la Vall de Boí, en el Alta Ribagorça, formado por ocho iglesias y una ermita, que ostenta desde el año 2000 la declaración de Patrimonio de la Humanidad otorgada por la UNESCO. La Val d'Aran, por su parte, cuenta con la Ruta del Románico, formada por un total de 15 iglesias, así como ofrece el Pallars Sobirà, tierra de iglesias, ermitas y monasterios, una ruta vinculada al románico.

El Alt Urgell también tiene un importante patrimonio románico y unas raíces culturales de la Edad Media que se encuentran en cada pueblo del territorio, destacando la catedral de Santa María de la Seu d'Urgell, la única catedral románica que se conserva en Catalunya. Otras visitas recomendadas al patrimonio son la fortaleza íbera de los Vilars d'Arbeca y el arte rupestre de la Cueva de los Moros del Cogul, en las Garrigues; el Santuari del Miracle de Riner al Solsonès, en el Solsonès; el castillo templario de Gardeny en Lleida, el Segrià; el barrio judío de Tàrrega, en el Urgell; el castillo de Montsonís en el municipio de Foradada, en la Noguera; el Espacio de los Canales de Urgell de Mollerussa, en el Pla d'Urgell, o el Museo Hidroeléctrico de la Torre de Capdella, en el Pallars Jussà, entre otros.

Por lo tanto, el otoño en Lleida es naturaleza en estado puro, paisajes que cambian de color, sabores de la tierra que toman todo el protagonismo y propuestas para vivir en familia o con amigos, además de un patrimonio cultural, histórico, paisajístico y, sobre todo, humano, que garantizan que visitar Lleida en este otoño será sinónimo de vivir una experiencia única y singular. Como siempre.

Más información: aralleida.com