Polémica

El cura 'exorcista' de Cáceres presume de 'converso': "Me borré del PSOE y me fui con Jesucristo"

El párroco se arrepiente de su pasado socialista y hace chanza del movimiento gay y lésbico

Forma parte del grupo contrarrevolucionario de la Iglesia Católica que reza para que el Papa Francisco "se vaya pronto al cielo"

Francisco Torres Gil.

Francisco Torres Gil.

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Francisco Torres Gil, el cura natural de la localidad cacereña de Miajadas, en su pueblo se le conoce como 'Paquito', actualmente párroco en Aldeanueva de la Vera, y miembro de 'La Sacristía de La Vendée', sigue dando perlas. Torres pertenece a la tertulia contrarrevolucionaria de la Iglesia Católica que ha saltado a la primera línea de la actualidad después de haberse conocido que sus miembros (son seis, todos de la archidiócesis de Toledo excepto el extremeño, que pertenece a la Diócesis de Plasencia) se dedican a orar para que Papa Francisco se vaya al cielo "cuanto antes".

Torres es pieza muy activa de 'La Vendée' y en una de sus últimas intervenciones (se trata de podcats que luego la organización comparte en Youtube) se autoproclama "converso" y llega a decir que se borró del Partido Socialista para irse con Jesucristo. El clérigo, además, participa en un programa de televisión de habla hispana de la cadena estadounidense EWTN donde tiene una colaboración quincenal en la que se hace llamar "cura exorcista".

El caso es que en el asunto del socialismo se explaya el reverendo en una de las tertulias que comparte con el padre Gabriel Calvo ZarrauteFrancisco José Delgado y Rodrigo Menéndez Piñar. En ella, Delgado le interpela: "¿Padre Torres, qué querías decir?". Torres responde: "Yo lo he contado varias veces ya, un poco que yo soy converso..." Y enseguida Calvo aclara: "Del socialismo". Torres reitera: "Sí". Y tira entonces del pasado socialista de su familia para decir esto: "Yo crecí y me eduqué en una familia muy de izquierdas. De hecho, mi bisabuelo fue alcalde socialista en Riola, un pueblecito de Valencia; le salvó un amigo falangista de un pelotón de fusilamiento, estuvo 30 años en la Cárcel Modelo de Valencia. Mi otro abuelo fue también socialista, fundó el PSOE en la provincia de Cáceres junto a otros, mi padre... un montón de familia" (de hecho, y aunque no lo cita, el padre, Paco Torres, ha sido diputado socialista en la Asamblea de Extremadura durante seis legislaturas).

Su relato continúa de esta forma: "Y yo también, yo también lo era (socialista quiere decir)", para enseguida aclarar: "Y cuando me convertí y volví a Jesucristo pues uno empieza a leer. Entonces había dos bestias negras para la izquierda en aquel momento eran enemigos a batir. Una bestia negra de ámbito nacional era el cardenal Antonio María Rouco Varela y una bestia negra internacional era entonces Juan Pablo II y luego ya Benedicto XVI".

"¿Qué quiero decir con esto?", lanza la pregunta y enseguida ilustra a los telespectadores y sus compañeros de tertulia: "Y esto yo se lo he dicho a dos obispos que he tenido, a este todavía no (se refiere al de Plasencia, Ernesto Brotóns), y es que a veces tengo la sensación de que todo aquello a lo que tuve que renunciar, y me costó lo mío, me costó lo mío renunciar, parece ahora que se me está imponiendo como obligatorio, cuando yo tenía el carnet de Juventudes Socialistas con idea de en cuanto cumpliera los 18 años, que era la edad, pues poder hacerme con el carnet de afiliado del Partido Socialista Obrero Español, lo digo para que vean de dónde vengo yo. Yo pedí el voto, yo hice la campaña con Zapatero, con Zapatero" (en referencia al expresidente del Gobierno).

Y se mete después en el siguiente jardín: "Incluso en mi pueblo entonces que había que organizar, cuando empezaba todo eso de la ley de los... del matrimonio gay, y todas esas cosas, no, pues un festival de..., se quiso hacer un festival, es que no me acuerdo de si al final lo hicimos o no, pero bueno, un festival de esos de cine de gay y lésbico, porque entonces es lo que había, luego ya empezaron a meter más consonates, la B y la T, y to eso..."

Y rápidamente, Gabriel Calvo Zarraute, alarmado, le interroga: "¿Pero tú no participaste en actividades de ese tipo, no?". Y Torres responde: "¿Eh?". Y Calvo insiste: "¿Que no participaste en actividades de este tipo, no, en actvidades gays y lésbicas, no, no?". Y Torres, para tranquilidad de los presentes, contesta: "No, no, no, yo desde la barrera". Calvo entonces, entre risas dice: "Vale, vale, lo celebro, lo celebro". Y Torres, con una chanza que sonroja, suelta dos carcajadas para congratularse con su compañero de filas. Y se justifica: "No, no, no, pero bueno, es lo que nos mandaban y había que hacer esas cosas, en fin, era una cuestión de activismo político".

Luego Torres trata de continuar con su argumentario: "Ya digo. Llevo diez años con una sensación de que a todo aquello a lo que tuve que renunciar se me está imponiendo, de que esa verdad que yo conocí, esa verdad que tuve que aceptar, esa verdad que yo tuve que estudiar, esa verdad que tuve que hacer mía, parece que fue un engaño. Y que esa verdad ya no es absoluta. Esa verdad fue absoluta hace tiempo y ahora ya no es tan absoluta. Y a veces eso me ha llevado a tribulación porque no se puede equivocar la Iglesia. La Iglesia no pudo haberme engañado".

Para rematar concluye: "Tuvo sentido mi conversión. Obviamente, a día de hoy eso ya no lo tengo porque estoy afianzado en esa fe y esa verdad que es Jesucristo. Con mis pecados y los cuales muchas veces los recuerdo y me causan vergüenza y sonrojo, porque aquí ninguno de los cinco que estamos y el sexto que nos falta hoy somos santos. Tenemos pecados, tenemos debilidades, tenemos fragilidades".