Pepe Sancho, Benidorm

- Incidiendo en la presencia de la hermana de Francisco como concursante en esta 38 edición del Festival de Benidorm, hay que decir que la buena mujer, en su carrera musical, lo ha intentado todo sin que le llegue el espaldarazo definitivo. Yo recuerdo cuando su aguerrida madre, Maruja Sarriá, me la trajo siendo casi una niña a cierto concurso de cantantes noveles, y desde entonces ella no ha parado en su afán. Como Ana María González luchó lo suyo y consiguió en 1994 ser segunda en el Festival de la OTI celebrado en el Teatro Principal de Valencia, cantando el tema de Chema Purón Cuestión de suerte.

- Pero como era «cuestión de suerte», la cosa no trascendió, y la cantante, poseedora de una voz excelente, siguió luchando, extirpando su apellido para pasar a llamarse simplemente Ana María, con cuyo nombre se ha recorrido un millón de pueblos en fiestas a lo largo de diez años. Tal vez ser hermana de Francisco no le haya favorecido, y el hecho de que para presentarse en Benidorm haya omitido a sabiendas a su fraterno puede deberse a su ansia de triunfar, rebasada ya la treintena, sin mentar a la familia.

- Lo que lamento es que el otro valenciano concursante, Salva Albuixech, sea tan flojito, vulgar e impersonal. No tiene porvenir alguno en la canción porque no trasmite nada en absoluto.

- Aquí, en Benidorm, los curiosos se acercan al restaurante playero en que luce su acordeón María Jesús. Son en su mayoría madrileños curiosos que se asoman al local, miran y no consumen. Buscan a la artista, a la que conocieron como amiga a muerte de los animales y finalista destacada en la pasada edición de La granja.