"He hablado con Jesucristo y tengo que matar al vecindario". Estas palabras son las que gritó presuntamente un hombre de 48 años momentos después de intentar matar a su vecina de una puñalada en el cuello. El presunto agresor pudo ser detenido en la calle por agentes de la Policía Local de Alicante y la víctima, de 58 años, fue evacuada en estado grave al Hospital General.

El suceso se produjo pasadas las once de la noche del martes en la calle Núñez de Arce, junto a la plaza de la División Azul. Una llamada alertó al 112 de la agresión y dos patrullas de la Policía Local que estaban en las inmediaciones acudieron de inmediato. Los agentes encontraron a una mujer con una herida en el cuello y a su esposo tapando la herida para intentar detener la hemorragia, según informaron fuentes policiales.

El esposo de la víctima relató a la Policía que estaba descansando en la cama junto a su mujer cuando llamaron al timbre de la puerta. La mujer se levantó para abrir y el marido escuchó unos segundos después los gritos de su esposa y se levantó corriendo para ver qué había ocurrido. Se encontró a su esposa en el suelo sangrando con una herida en el cuello y vio cómo su vecino salía huyendo a la carrera del inmueble.

Cuchillo de 20 centímetros

Los efectivos de la Policía Local lograron detener en la calle al presunto agresor, un hombre de 48 años que presentaba manchas de sangre en manos y piernas. Al lugar del suceso acudieron también patrullas de la Policía Nacional, una de las cuales localizó el cuchillo utilizado para apuñalar a la mujer.

Varios testigos presenciales contaron a la Policía Local que pudieron ver al presunto agresor cuando bajó de su casa al domicilio de la víctima esgrimiendo un cuchillo de unos 20 centímetros. Según los vecinos, llamó a la puerta y cuando abrió la mujer le asestó una puñalada en el cuello. A continuación se marchó y dijo gritando: "He hablado con Jesucristo y tengo que matar al vecindario".

El detenido fue trasladado a un centro sanitario y posteriormente a la Comisaría Provincial, donde la Policía Nacional tramitó ayer las diligencias del caso antes de poner al acusado a disposición del juzgado de guardia. Fuentes policiales indicaron que no constan antecedentes del detenido por un hecho de estas características. La frase pronunciada por el agresor indica que probablemente sufra algún trastorno.