Un joven, de 24 años y nacionalidad nigeriana, se enfrenta a doce años de prisión por causar lesiones cerebrales irreversibles a su bebé en abril de 2013, cuando este apenas tenía dos meses de vida. Los médicos pediatras que atendieron al menor en su día, y que ayer declararon en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de València, sostienen que el pequeño presentaba fractura de cráneo y una hemorragia subdural compatibles con el llamado «síndrome del zarandeo».

Por su parte, el acusado de un delito de lesiones muy graves con las agravantes de alevosía y parentesco, alegó que cuando el pequeño lloraba se lo llevaba al pasillo para pasear con él en brazos, pero que no lo movía excesivamente. «En ningún momento he agitado al niño», remarcó el procesado ante la Sección Segunda de la Audiencia de València.

La defensa trató de acreditar que la parálisis cerebral que padece el menor desde entonces, quien actualmente tiene cuatro años, es producto de un proceso vírico por el que ya estuvo ingresado el recién nacido semanas antes de que el hospital detectara los supuestos malos tratos. Del mismo modo fue el padre quien alertó al SAMU al ver que el niño estaba rígido y no reaccionaba.

Los hechos se remontan al 12 de abril de 2013 cuando el bebé ingresó en el Hospital La Fe de València con una crisis neurológica por anemia aguda, hemorragia subdural, fractura ósea parietal izquierda y hemorragias retinianas en el ojo derecho. Todo ello le provocó un «shock hipovolémico», compatible con el «síndrome del zarandeo», por el que estuvo hospitalizado en coma inducido.

La fiscalía mantiene que su padre «sometió al lactante en varias ocasiones a sacudidas muy enérgicas, con el fin de sofocar su llanto, siendo consciente de que de esta forma podía terminar con su vida o causarle unas lesiones neurológicas muy importantes». Por ello solicita una pena de doce años de prisión para el acusado, así como que indemnice a la madre del niño con 380.000 euros por las secuelas que padece el pequeño.