Autoridades policiales, institucionales, judiciales y políticas han asistido esta tarde a la capilla ardiente instalada en el cuartel valenciano de Zapadores con los restos mortales del subinspector Blas Gámez, asesinado ayer durante una investigación por un hombre que fue posteriormente abatido a tiros.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha encabezado la comitiva institucional que ha acudido al cuartel, en el que han coincidido unas trescientas personas, sobre todo miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para dar su último adiós al agente, a quien Zoido le ha impuesto la medalla al mérito policial a título póstumo.

El ministro ha llegado al patio de armas del cuartel, de luto y cuya bandera de España ondea a media asta, acompañado por el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues; el director general de la Policía, Germán López Iglesias, y el jefe superior de Policía de la Comunitat, José Javier Cuasante.

Hasta Zapadores se han desplazado también, entre otros, el alcalde de València, Joan Ribó; la consellera de Justicia, Gabriela Bravo; la presidenta del Tribunal Superior de Justicia valenciano, Pilar de la Oliva; el decano de los jueces de Valècia, Pedro Viguer; la fiscal jefe la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y el ex director general de la Policía Juan Cotino.

A las autoridades les esperaba, en formación, un centenar de agentes más mandos de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como del Ejército y la Marina.

Según han comentado fuentes policiales, en el interior de la capilla -a la que los medios no han podido acceder- se ha producido el acto de imposición a título póstumo de la medalla al mérito policial y Zoido ha permanecido durante una media hora junto a la viuda y los hijos del subinspector.

Desde el exterior se han podido escuchar tanto "La muerte no es el final" -himno que suele entonarse en los funerales de miembros de las Fuerzas Armadas- como "Pájaros de barro", un tema del exlíder de El último de la fila Manolo García que era del agrado del agente asesinado.

Asimismo, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha rezado un responso a la llegada del féretro, pues mañana no podrá presidir el funeral al estar convocado por la Conferencia Episcopal.

La capilla ardiente permanecerá abierta en el cuartel de Zapadores hasta las once de la mañana y una hora más tarde tendrá lugar el funeral en la Catedral de València.

El alcalde ha señalado que ha dado personalmente el pésame a la viuda y los hijos del subinspector al sentirse muy afectado por lo ocurrido, y ha insistido en la importancia de que tanto la familia de Blas Gámez como todo el Cuerpo Nacional de Policía sepan que el Ayuntamiento y València "sienten mucho" este "asesinato".

Ribó ha dicho que valora mucho a la Policía por "su trabajo en defensa de la paz, la tranquilidad y el día a día de la ciudad"