La banda organizada que robaba gasóleo y combustible de aviación tras perforar oleoductos de València, Castelló, Cádiz y Huelva causó daños valorados en cerca de 225.000 euros. Ahora los nueve presuntos miembros de esta red se enfrentan a penas de entre cuatro y seis años de cárcel.

Después de localizar un punto idóneo de la red de oleoductos por todo el territorio nacional, los acusados realizaban una excavación para dejar al descubierto el conducto, para posteriormente perforar la tubería con una broca, con el riesgo inherente que ello conllevaba. Acto seguido colocaban una pieza enroscada que pegaban con una sustancia sellante mediante una llave de paso, a la que conectaban una manguera de la longitud necesaria para alcanzar el nivel de superficie de la tierra conectando una segunda llave de paso similar a la anterior.

Esta segunda llave permanecía cerrada hasta que procedían al llenado de los depósitos donde transportarían el combustible sustraído en furgonetas de alquiler hasta una finca de Algímia d'Alfara, en la comarca del Camp de Morvedre. La segunda llave de paso era protegida con un guante para evitar que la tierra entrara en la misma y pudiera obstruir el agujero.

El juicio contra los nueve detenidos en la llamada "Operación Collarín", llevada a cabo por la Guardia Civil en marzo de 2017, estaba previsto que comenzara hoy en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València. No obstante, la vista oral se ha tenido que aplazar por cuestiones médicas de uno de los letrados.

Los acusados son seis hombres de nacionalidad española, dos lituanos y un ucraniano, y están acusados de haber robado en al menos cuatro oleoductos de las provincias de Cádiz, Huelva y València entre junio de 2016 y febrero de 2017.

El Ministerio Fiscal solicita una pena de seis años de cárcel para seis de ellos por un delito continuado de robo con fuerza de hidrocarburos, al tratarse de un servicio de interés general, y por pertenencia a grupo criminal. Para los otros tres pide cuatro años de prisión.

Los dos acusados de nacionalidad lituana eran los responsables de realizar los "picajes" en los oleoductos para dejar al descubierto la canalización, y posteriormente recibían la ayuda de un tercer procesado, de nacionalidad ucraniana, para llenar los depósitos y transportar el combustible sustraído. Mientras el resto de acusados se encargaban de la logística, incluyendo el hospedaje y los viajes de quienes robaban el combustible, además del posterior proceso de almacenaje y venta.

El primer robo que se les imputa se produjo en junio de 2016 en Lucena del Puerto (Huelva), donde sustrajeron unos 2.000 litros de gasóleo valorado en 2.052 euros, si bien ocasionaron daños en las instalaciones valorados en 32.285 euros y en 50.400 debido a la paralización del suministro mientras realizaron estas labores.

El segundo de los robos por el que están acusados se produjo en Los Barrios (Cádiz) en una operación en la que se sustrajeron 1.586 litros de gasóleo y se ocasionaron daños por 33.052 euros. Asimismo, en octubre de ese mismo año volvieron a realizar una operación similar en Benavites en la que robaron 1.572 litros de gasóleo y causaron daños tasados en unos 49.254 euros.

En febrero de 2017 volvieron a intervenir en San Roque (Cádiz) robando 1.000 litros de gasóleo, causando destrozos por 58.345 euros.