«Me voy con el Creador». Fue la despedida de María a su madre, en la nota que le envió a primera hora de la mañana de ayer y que puso a la abuela de los pequeños en alerta.

Ni María, de 27 años, ni Gabriel, de 32, colaboraron en las primeras horas de investigación, lo que retrasó el hallazgo de los cuerpos, aunque la Guardia Civil sospechaba desde primera hora que se trataba de un doble asesinato. De hecho, cuando la Policía Local de Godella llegó al domicilio, a las 8.30 horas de ayer tras la alerta de un vecino, el progenitor se mostró desorientado y confuso, pero ya en ese momento les espetó que su único deseo en ese momento era «volver a Bélgica, porque aquí ya no tengo nada que hacer. Están todos muertos».

«Él está muy mal de la cabeza, a mí dejó de hablarme porque decía que tenía demonios dentro», relata una amiga de la pareja sobre la personalidad de Gabriel. De hecho, desde que la pareja inició la relación hace más de seis años, las amigas más íntimas de María le habían dicho en varias ocasiones que ese chico no le convenía, «que no está muy centrado».

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Asimismo, días antes del doble crimen, sus amigos vieron que había hecho un agujero en el terreno, pero no le dieron importancia hasta ayer. «Era de hacer cosas así», apunta Pepe.

Ambos detenidos serán sometidos a un examen toxicológico para determinar si habían consumido algún tipo de sustancia estupefaciente. Al parecer, consumían «porros y en ocasiones setas alucinógenas», según las fuentes consultadas por este periódico.