La cámara Gesell, en funcionamiento en la Ciudad de la Justicia de València desde 2014 y que cuenta ya con una segunda debido al elevado número de casos, está pensada para ser una herramienta de protección para las víctimas vulnerables pero en algunos casos se convierte en un arma de doble filo utilizada por las defensas de los presuntos violadores. Cada vez se están dando más casos de letrados que solicitan que el menor sea interrogado de nuevo en la vista oral amparándose en algunos resquicios o errores en la captación de la prueba. Así posteriormente la utilizan para tratar de remarcar posibles contradicciones en su relato como ocurrió con una niña que se bloqueó en el juicio por los abusos de su padrastro al no querer recordarlo.