La Policía Nacional detuvo ayer a seis personas -3 hombres y tres mujeres de entre 20 y 49 años de edad- como presuntos autores de los delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con violencia, robo con fuerza y hurto cometidos en diferentes ciudades de la geografía española. En Valencia se procedió a la detención de dos mujeres y un hombre tras haber establecido un dispositivo específico de vigilancia para proceder a la práctica de la misma.

La investigación se inició por parte de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife, tras recibir una denuncia en la que se ponía en conocimiento la sustracción de un reloj de lujo valorado en 16.000 euros. El denunciante ponía en conocimiento que dos mujeres jóvenes se le habían aproximado cuando se encontraba en el exterior de un centro comercial y, empleando diferentes pretextos para tener contacto físico, habían forcejeado con él arrebatándole el reloj que vestía.

Los hallazgos evidenciaban un grupo organizado que se desplazaba por todo el país para cometer delitos de hurto, principalmente destinados a la sustracción de relojes de lujo de hombres de edad avanzada mediante el procedimiento del abrazo amoroso. No obstante, en caso de que no poder hacerse con los mismos de esta manera, empleaban la violencia para consumar el hecho.

A tenor de la especialidad, movilidad y grado de organización del grupo, la investigación policial tomó un espectro más amplio a medida que se producían avances en la misma. Los agentes tinerfeños pudieron acreditar la comisión de trece hechos de naturaleza similar a los investigados en Santa Cruz de Tenerife, Murcia, Sevilla, Valencia y Alicante. En algunos casos, el valor de los relojes de lujo sustraídos superaba los 20.000 euros. El modus operandi utilizado era idéntico: una o dos mujeres que se aproximaban para, con cualquier pretexto, buscar el contacto físico y sustraer el reloj de lujo o joyas que la víctima portaba. Se sumaba una tercera persona que facilitaba la huida de las autoras a bordo de un vehículo.

La detención de los presuntos integrantes del grupo criminal en las ciudades de València y Badalona, así como la práctica de los registros domiciliarios en esas ciudades supuso la culminación de las investigaciones desarrolladas durante meses.