El campeón autonómico de maratón de 2018, Jaouad T., detenido en multitud de ocasiones en los últimos dos meses y medio tras caer en desgracia después de engancharse a las drogas y cometer numerosos hurtos en centros comerciales de València, fue condenado ayer a tres meses de prisión por el juez de Instrucción número 9 de València, en funciones de guardia, por uno de esos hurtos.

Sin embargo, a petición del fiscal, Jaouad ha recibido una última oportunidad de la Justicia: pese a acumular ya otras dos condenas anteriores por hurtos en esta oleada que ha protagonizado este verano, el ministerio público no se opuso a que le fuera suspendida de nuevo la pena -no ingresará en prisión- a cambio de que, esta vez sí, se someta a un programa de deshabituación de las drogas.

Jaouad T., de 30 años, inició una escalada delictiva de hurtos y robos de poca cuantía, pero suficientes para que el club de atletismo Playas de Castellón con el que competía lo expulsara de sus filas en julio, al día siguiente de la publicación de las primeras cuatro detenciones.

Desde entonces, la promesa de las carreras de fondo con aspiraciones a competir en las olimpiadas de Río de Janeiro, convertido en toxicómano, sin dinero ni vivienda, inició una alocada carrera de hurtos que le han llevado a acumular 15 detenciones en dos meses y medio, a perder más de 10 kilos de peso, a vivir en la calle, a no comer y a sobrevivir de lo que roba para vender, en una espiral autodestructiva a la que ahora la Fiscalía ha tratado de poner remedio y freno con esa obligación de deshabituarse de las drogas.

Dos veces en un día

El martes, tal como adelantó ayer Levante-EMV, Jaouad T. fue detenido, por decimocuarta vez desde el 21 de junio, por agentes del grupo de Delincuencia Urbana de la Jefatura Superior de Policía de València a su salida del juzgado de guardia, donde había comparecido por otro robo tras ser arrestado dos días antes, el domingo, y quedar en libertad. Los policías se lo llevaron a la jefatura, instruyeron diligencias y lo dejaron en libertad con la obligación de ir al juzgado cuando fuera llamado.

De ahí, Jaouad se fue al centro comercial El Saler -donde ya ha cometido varios de los delitos, ya que lo conoce por su cercanía a la Ciudad de la Justicia, a cuyo juzgado de guardia ha sido llevado en todas las ocasiones en que ha sido arrestado- y volvió a intentar robar apenas dos horas después de haber salido de la comisaría.

Trató de llevarse, sin demasiados miramientos ni cuidado para no ser visto, en una actitud típica de quien sufre una grave adicción a las drogas, dos depiladoras eléctricas, un destornillador eléctrico y un cortapelo, todo ello por valor de casi 600 euros. Los vigilantes lo interceptaron inmediatamente, ya que fue descubierto en plena acción.

La policía se hizo cargo de él, lo llevó de nuevo a los calabozos de Zapadores y, ayer por la mañana, regresó al juzgado de guardia, donde fue sometido al juicio rápido tras el que ha sido condenado a tres meses de prisión.

Además, y a petición del fiscal también, se le ha impuesto una orden de alejamiento del hipermercado del centro comercial de El Saler que le prohíbe la entrada a esa tienda por un periodo de tres años, dado el elevado número de veces en que ha tratado de hurtar en su interior.