Durante la segunda sesión del juicio ante un jurado popular por el crimen machista de Irina Granovskaia, la mujer de 39 años y origen ruso asesinada en julio de 2017 en València, uno de los testigos primordiales del caso, el inquilino de la vivienda que se encontraba en la casa cuando se produjo el asesinato y posterior incendio, asegura que el acusado se asomó a su habitación un segundo a la hora en la que supuestamente éste estaba en la hamburguesería con el hijo de su víctima. Esta declaración desmonta su coartada y lo ubica en la escena del crimen en la franja horaria en la que se produjo la muerte. Asimismo, la hermana de la fallecida declaró que la relación de Irina con Stefan no era buena y que ella le contaba que él se ponía violento cuando bebía.