Un guardia civil de 60 años ha sido detenido por agentes del instituto armado en València por supuestamente desfalcar casi 170.000 euros en pequeñas «mordidas» que obtenía con falsas comisiones de servicio que él mismo tramitaba. Según la investigación de la Guardia Civil y del Juzgado de Instrucción número 15 de València, el agente, que ocupaba el puesto clave por el que pasaban las comisiones de servicio de todos los agentes destinados en la Comunitat Valenciana, llevaría seis años sustrayendo dinero. Pero nadie lo descubrió hasta hace unos dos meses, al cometer un error en una de las falsificaciones y atribuir un desplazamiento imposible a uno de los agentes cuya identidad suplantaba.
El ahora detenido, que está a cinco años de la jubilación-decidió reengancharse tras cumplir los 56 años al saber que podía permanecer en el mismo puesto-, estaba destinado en la Unidad de Dietas de la Zona de la Guardia Civil de València, ubicada en el cuartel de Benimaclet, por lo que era la persona por la que pasaban absolutamente todos los desplazamientos profesionales de los agentes de la C. Valenciana, tanto los más cortos (hay comisiones de un día) como los más largos, como, por ejemplo, los que se realizan en operaciones especiales como el paso del Estrecho, el refuerzo veraniego de playas y costas, servicios especiales como los del 1-O en Cataluña o para cubrir una vacante fuera de la demarcación en la que está catalogado el puesto del guardia.
Dado que conocía a la perfección todos los entresijos del sistema, pudo continuar cometiendo presuntamente los delitos que se le imputan -falsedad en documento público y malversación de dinero público- durante seis años, entre 2014 y 2020, sin ser descubierto.
Según los datos de la investigación de los que ha tenido conocimiento Levante-EMV, confirmados por fuentes de toda solvencia, el guardia civil, que gozaba de la confianza máxima que requería el puesto y ha trabajado bajo el mando de distintos responsables, falsificaba por completo algunas de las las comisiones de servicio, imputandolas a agentes reales en situaciones ficticias, y desviando el dinero a su propia cuenta corriente, de tal manera que, cuando la Zona ordenaba el pago -desde mediados de los 90, ese cometido fue descentralizado y encomendado a las jefaturas regionales-, le llegaba a él.
Un error cometido recientemente en la tramitación de uno de esos desplazamientos llamó la atención de otro agente dedicado a los mismos cometidos, pero en la Comandancia de València y, al profundizar, descubrió que esa comision simplemente no existía. Se había equivocado en un desplazamiento imposible dado su cometido.
El agente amplió el rastreo y, al darse cuenta de que no era un mero error, sino algo mucho más profundo, informó de inmediato al teniente coronel que actúa como interventor militar de la Guardia Civil en la Comunitat Valenciana. Este, a su vez, una vez comprobado que el agente tenía razón, informó al general jefe del instituto armado, quien ordenó una auditoría interna que desveló el enorme agujero abierto en las arcas públicas a lo largo de seis años: 166.000 euros.
Así las cosas, el máximo responsable de la Guardia Civil ordenó además una investigación que ha llevado a cabo el grupo de delitos económicos de la Comandancia de València y que culminó a finales de abril, en pleno estado de alarma, con la detención del presunto defraudador, que no quiso declarar ante sus compañeros.
El arrestado pasó a disposición judicial el 26 de abril y el magistrado lo dejó en libertad, pero con medidas cautelares.
Las pesquisas aún están marcha, ya que el juez y el fiscal tratan de averiguar adónde ha ido a parar el dinero sustraído.
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