Fue una madrugada de locos para los bomberos y de gran temor para los vecinos. Cinco turismos y una furgoneta ardieron en diferentes calles céntricas de Catarroja casi de forma simultánea, sobre las cuatro de la mañana.

Los incendios -en el entorno del Mercat y Sant Antoni- fueron aparatosos y provocaron ligeros daños en las fachadas de algunas viviendas y del mobiliario urbano, pero la rápida intervención permitió sofocarlos sin más daños que los materiales, a pesar de que la estrechez de las vías hacía presagiar males mayores.

Las autoridades municipales llamaron ayer a la colaboración ciudadana para localizar al presunto pirómano.

Aunque no se descarta que detrás de los hechos pueda haber más responsables, los investigadores manejaban indicios de un posible sospecho, a la espera de revisar las cámaras de seguridad de las inmediaciones y de recabar más pistas.

Ni los vehículos ni los propietarios afectados tienen vinculación entre sí. «No creemos que se trate de gamberrismo. Nunca había pasado nada de esta magnitud», incide el alcalde de Catarroja, Jesús Monzó. «Ha sido un caos, menos mal que se actuó con celeridad», añade. La vigilancia policial se reforzó anoche en la localidad ante el temor de otra oleada de incendios.