El drama de la inmigración ilegal está saliendo a flote en València este verano con la llegada de once personas ya, en poco menos de veinte días, ocultas en grandes buques cargueros, los últimos cuatro detectados ayer de madrugada en un barco procedente de Argelia que había hecho escala el día anterior en Barcelona. Uno de los cuatro polizones, todos ellos de origen argelino e indocumentados, alegó ser menor de edad y fue bajado de la embarcación para ser sometido a las pertinentes pruebas médicas, realizadas por el Instituto de Medicina Legal de València, que determinarán su edad ósea aproximada. Los otros tres ni siquiera llegaron a bajar y fueron repatriados ayer por la tarde tras zarpar el barco con destino Argel.

Los dos anteriores casos detectados en la primera quincena de agosto fueron especialmente trágicos con la muerte de cuatro de los migrantes que trataban de cumplir su sueño de llegar a territorio español. Dos de ellos unos jóvenes ahogados al saltar al agua, tratando de evitar su repatriación, cuando la embarcación realizaba la maniobra de atraque en el puerto de València. Una semana después otros dos hombres, de origen argelino, perecieron fruto de la deshidratación y las altas temperaturas alcanzadas dentro del contenedor en el que iban escondidos junto a otros tres compatriotas que lograron sobrevivir y que fueron deportados en ese mismo barco.

Es decir, que a falta de lo que determinen las pruebas óseas del supuesto menor, quien dice tener quince años, ninguno de los once polizones llegados a València en los últimos días habría logrado su propósito, poniendo en grave riesgo su vida, como se ha demostrado con la muerte de cuatro de ellos.

Agentes de la UCRIF de la Policía Nacional investigan ahora si las redes de inmigración ilegal han retomado esta vía de entrada de inmigrantes procedentes de Argelia en buques cargueros con once personas detectadas en veinte días, los dos últimos casos en barcos procedentes de la capital argelina. Según fuentes de la Policía Nacional, en los últimos cuatro años se habrían contabilizado unos 50 polizones en el puerto de València, cifra que coincide con los datos que maneja la Guardia Civil, que estiman que una media de que entre doce y quince personas al año habrían tratado de entrar en el país ocultos en embarcaciones con destino a València.

Ninguno de los polizones detectados ha confesado haber contado con ayuda o haber pagado dinero alguno por embarcar de forma clandestina en el barco. En el caso de los tres adultos y el supuesto menor que llegaron ayer a las seis de la mañana al puerto de València en el buque Janina, con bandera de Antigua y Barbuda, aseguraron haber subido al carguero mediante un cabo del propio navío cuando éste estaba en el puerto de Argel, acercándose a él mediante una pequeña patera. No obstante, el capitán del Janina, de origen búlgaro, relató a los agentes que eso era imposible ya que habrían detectado cualquier embarcación, por pequeña que fuese.

Como medida preventiva ante la pandemia del coronavirus, a todo aquel polizón que llega al país se le hace una prueba PCR para saber si está contagiado. El supuesto menor que llegó ayer dio negativo, pero, según ha podido saber Levante-EMV, cuatro de los últimos polizones que llegaron la semana pasada ocultos en un contenedor, entre ellos uno de los fallecidos, dieron positivo en covid-19.