Las medidas de confinamiento adoptadas por la pandemia del coronavirus en Colombia, país al que pretendía huir el presunto asesino de Yesica Gularte, se aliaron con la policía y evitaron que Janner J., de 29 años, pudiera tomar un vuelo internacional a Bogotá tras golpear y estrangular presuntamente a su pareja en un piso del barrio de Patraix y ocultar su cadáver en el maletero del vehículo de su víctima, que dejó estacionado a tan solo 200 metros del domicilio donde supuestamente se cometió el crimen.

Gracias a las gestiones realizadas por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional y a la colaboración internacional con las autoridades suizas, el presunto autor de este crimen machista fue arrestado ayer por la mañana en la estación de tren de Ginebra (Suiza), evitando así que pudiera abandonar el espacio Schengen, lo que hubiera dificultado posteriormente su detención.

«Me ha dado un venazo y me vuelvo para Colombia», le confesó el sospechoso a una exnovia a la que telefoneó la noche del pasado 26 de agosto -tres días después de matar presuntamente a su víctima-. Según le contó quería despedirse de la gente a la que aprecia aquí en España y «olvidarse de todo». Como los vuelos internacionales con Colombia no se restablecían hasta el 1 de septiembre el fugitivo, que desapareció el mismo día que su novia, no tuvo opción alguna de tomar un vuelo antes. Según manifestó a varias personas de su entorno, había sacado un billete con escala en París.

La Policía Nacional estaba ya tras sus pasos después de seguir su rastro hasta el país suizo y solicitaron a un juzgado de violencia sobre la mujer de València, al tratarse de un crimen machista, una orden internacional de detención contra el principal sospechoso.

Sospechoso desde el minuto uno

Fuentes policiales confirmaron ayer que las investigaciones por la desaparición de Yesica Gularte, de 33 años y origen uruguayo, comenzaron el pasado día 24 de agosto cuando se tuvo la primera información de la desaparición de esta mujer en València, quien no había acudido esa mañana a su puesto de trabajo como auxiliar de enfermería y cuyo teléfono estaba apagado, tal y como informó Levante-EMV. Días más tarde, el sábado 29, una amiga de Yesica presentó denuncia formal por su desaparición. Ahí, ya todas las sospechas se centraban en su novio, quien también llevaba en paradero desconocido cerca de una semana y había dado versiones contradictorias a los amigos de la joven, sobre el día en el que se había marchado a Francia o la hora a la que vio por última vez a Yesica.

El hallazgo del cadáver de la víctima, en avanzado estado de descomposición y con signos de violencia, en el interior del maletero de su vehículo, un Citröen C3, que estaba estacionado en un descampado de la calle Pablo Melendez de Valencia, confirmó la medianoche del sábado los peores temores de su entorno, Yesica había sido asesinada.

Los agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional intensificaron sus pesquisas. Fruto de las mismas, se supo que el presunto autor de este crimen machista huyó en tren de València a Barcelona el 27 de agosto. Posteriormente habría entrado en Francia y de ahí habría cruzado la frontera a Suiza. Fue entonces cuando se solicitó la correspondiente orden internacional de detención. Además se activaron los mecanismos de colaboración internacional para localización de fugitivos a través de la red Enfast, indicaron fuentes de la Policía Nacional.

Los investigadores averiguaron que el fugitivo pretendía tomar un tren en Ginebra para abandonar el país suizo, por lo que contactaron con la Policía Cantonal Suiza, quienes establecieron un dispositivo de vigilancia en la estación central de tren de esa localidad y procedieron a su detención. La huida del presunto asesino machista había concluido, frustrando así sus planes de volar a Colombia. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número tres de València ha asumido el caso.