Tal día como hoy, 4 de diciembre, pero de hace 23 años, una menuda mujer de Granada hizo convulsionar a todo una país con su testimonio y desgraciadamente, con su cruel muerte a manos de su exmarido, hizo que la lacra de la violencia machista tuviera rostro y pegara en la cara de todo un país.

Ana Orantes era una mujer con una infancia complicada, por aquello de haber crecido en plena posguerra, que tuvo que ponerse a trabajar desde bien pequeña para ayudar en casa abandonando la escuela a los nueve años.

Con apenas 19 conoció a José Parejo Avivar, su marido, maltratador y asesino que le dio muerte el 17 de diciembre de 1997 quemándola viva tras haberle dado la millonésima paliza después de 40 años de relación.

Ana Orantes, a la que un juez condenó a convivir con el asesino José Parejo pese a haberse divorciado un año antes, acudió como invitada a un programa de la televisión pública andaluza que presentaba Irma Soriano. Sus palabras fueron una violenta sacudida para todo el país que escuchaba el testimonio de una mujer víctima de violencia machista en primera persona.

"Me dio una bofetada que creía que me había roto la cara", "era de cogerme de los pelos y de darme contra la pared", "me dio una paliza para matarme", "me daba una paliza y al otro día me decía: 'Anitilla, perdóname ya no va a pasar más", "yo lo creía. Lo creía porque tenía 11 hijos y no tenía dónde irme", fueron algunas de las espeluznantes palabras que pronunció Orantes en Canal Sur.

Trece días después de su aparición televisiva, Ana Orantes moría asesinada por su exmarido tras golpearla y quemarla viva delante de uno de sus hijos.

Su caso provocó removió la conciencia social y política de España sobre el problema del maltrato y dio pie a una serie de reformas legislativas, judiciales y asistenciales que fueron acometidas por gobiernos sucesivos.

La más significativa fue quizá la aprobación, ocho años después, de la primera ley integral contra la violencia de género.