La Guardia Civil ha conseguido identificar mediante ADN el cadáver de la mujer hallada a principios de junio a 16 millas de la costa de Xàbia por un barco pesquero. Se trata de Bakhta Ramdani, una experimentada kitesurfista de 68 años afincada en Tipaza (Argelia) y que llevaba desaparecida desde comienzos del pasado mes de marzo cuando salió como cada mañana a disfrutar de las olas con su tabla. Su cuerpo, muy deteriorado por la acción del mar y la fauna marina, estaba enfundado en traje de neopreno y portaba un arnés, lo que ya indicó a los investigadores que podría tratarse de una persona fallecida durante la práctica de algún deporte como windsurf o kitesurf, como adelantó en su día Levante-EMV.

A cerca de 300 kilómetros de distancia de la costa de Argelia donde desapareció la deportista fue encontrado su cadáver, que habría sido arrastrado por las fuertes corrientes del sur hasta que un pesquero lo divisó el pasado 3 de junio. El patrón de la embarcación avisó al Servicio de Tráfico Marítimo y el cuerpo sin vida y avanzado estado de descomposición fue rescatado por la patrullera de la Guardia Civil.

Tras rastrear las desapariciones de personas tanto en España como en Argelia y Marruecos —al sospechar que podía proceder por las corrientes de está zona— los investigadores han cotejado las muestras de ADN y han confirmado la identidad de esta persona, residente en Argelia y que había vivido durante una temporada en Francia.

Bakhta Ramdani , con más de 40 años de experiencia encima de la tabla, es una argelina afincada en la localidad costera de Tipaza, a unos 70 kilómetros al oeste de Argel. Según ella misma relataba en una entrevista concedida a una cadena local, todas las mañanas lo primero que hacía nada más levantarse es ver el tiempo «y si hay viento, al mar». Paraba a comer y por la tarde de nuevo a disfrutar de las olas hasta las cinco o las seis. Esta era su rutina de esta amante del deporte que combina mar y viento.

Fueron precisamente sus vecinos, que la veían cada mañana salir cargada con su tabla, los que dieron la voz de alarma a principios de marzo al percatarse de que no había regresado a casa, según relataron algunos medios locales. Además, comprobaron que en su casa estaba el móvil, las llaves y su perro, por lo que no cabía la posibilidad de que se hubiera marchado de viaje.

Una vida dedicada al deporte

Dos semanas después las autoridades argelinas encontraron en las playas de Jijel, a este de la capital, el cuerpo de una mujer. Aunque inicialmente se atribuyó que podría tratarse de la veterana windsurfista, posteriormente se descartó que fuera ella.

Después de toda una vida dedicada a este deporte, desde que a los 25 años se subió a su primera tabla, a sus 68 años Bakhta contaba con una complexión atlética que en un primer momento despistó a los forenses, que estimaron la franja de edad del cadáver hallado a 16 millas de la costa de Xàbia correspondiente a una mujer de entre 35 y 40 años.

La fallecida, que deja tres hijos, también había practicado kárate y boxeo, aunque finalmente se decantó por el windsurf porque, según explicaba, «los deportes de playa son los más completos para el cuerpo». Bakhta se despidió de este mundo cuando practicaba ese deporte que tanto amaba, en circunstancias, que dado el estado que presentaba su cadáver, no han podido ser esclarecidas.