Dos jóvenes miembros del clan de los ‘Marco’ han sido detenidos esta semana por su presunta participación en los allanamientos ocurridos en las viviendas que abandonaron los ‘Bocanegra’ tras su destierro obligado después del tiroteo en el que fallecieron dos personas en el cementerio de Torrent el pasado día de Todos los Santos. Los arrestados han confesado ser los autores de haber allanado un piso concreto de la calle Xenillet, donde habrían causado destrozos movidos por la rabia contra este clan rival, entre los que se encuentra el autor material del doble homicidio a tiros.

Ramón G. F., alias el ‘Bobo’, sigue huido junto a su padre, Manuel G. F., alias el ‘Mone’, y otros miembros de la familia que también están siendo buscados por la policía para esclarecer el tiroteo del pasado 1 de noviembre en el camposanto de Torrent.

Los dos detenidos, hijos de dos miembros importantes del clan de los ‘Marco’, han asumido ante la Policía Nacional toda la responsabilidad de los allanamientos, exculpando de esta forma tanto a sus padres, que cuentan con antecedentes, como al resto de familiares.

Como establece la ley gitana, todos los miembros de la familia de los ‘Bocanegra’ —salvo una mujer casada con uno de los ‘Marco— tuvieron que abandonar en el acto sus casas en el barrio del Xenillet de Torrent por el tiroteo en el que murió un primo lejano de los ahora detenidos por el allanamiento. Antón, de 45 años, se había mantenido siempre alejado de enfrentamientos entre ambas familias y no guardaba ningún tipo de relación ni con el tiroteo de 2016 en el que dos ‘Bocanegra’ resultaron heridos, ni tampoco con la muerte accidental de un hermano del principal sospechoso del doble crimen, de la que responsabilizan al clan rival. En el tiroteo también murió tras ser alcanzado por una bala perdida otro hombre de 79 años.