La investigación que está llevando a cabo el grupo de Homicidios de la Policía Nacional sobre el siniestro del castillo hinchable de Mislata en el que murieron dos niñas de 4 y 8 años, Vera y Cayetana, no deja de detectar irregularidades. Las últimas, en el proyecto de instalación de la Feria de Navidad que aportó el propio arquitecto municipal, y que debía servir de base para otorgar la licencia de apertura, concluyen los agentes en el nuevo informe ampliatorio entregado a la jueza de Instrucción de Mislata.

Los investigadores han detectado una sucesión de anomalías que van desde la misma ubicación de la feria de Navidad, a la de la atracción siniestrada. Por razones que nadie ha sido capaz aún de explicar, el hinchable Humor Amarillo La Selva estaba a 70 metros de la ubicación que se le asignaba en el proyecto y con un lateral totalmente desprotegido, precisamente el que recibió las dos ráfagas que la elevaron por el aire provocando que los nueve niños que jugaban en su interior salieran despedidos y que las dos menores fallecieran como consecuencia del impacto,

La Policía no ha recibido ningún documento que explique por qué se trasladó la feria a las afueras de Mislata

Según el informe técnico que el funcionario municipal entregó a la Policía, el hinchable debía haber estado instalado entre «El Tren de la Bruja» y la pista de coches de choque, y no desprotegido y expuesto al viento en al menos uno de sus laterales, como efectivamente estaba. La pregunta que se plantea ahora la Policía es por qué nadie informó de esos cambios de ubicación y cómo es que nadie se percató de que los feriantes habían colocado algunas de las atracciones, incluido el castillo siniestrado, sin respetar el proyecto que las validaba.

Es más, quien elaboró ese proyecto ni siquiera se molestó en actualizar la ubicación de la feria de Navidad, que por primera vez se instalaba en la plaza de la Libertad, totalmente abierta por uno de sus laterales, y que hasta este año se levantaba en la plaza Mayor de Mislata, dentro del casco urbano y cerrada por edificios en todos sus laterales. 

Los investigadores de Homicidios recogen que el plan técnico aportado fija dos emplazamientos: el de la plaza de la Libertad para verano y el de la plaza Mayor, en Navidad. 

La Policía Científica inspecciona el lugar que ocupaba el castillo, a 70 metros de donde debía estar y totalmente expuesto al viento. Miguel Ángel Montesinos

Distinta ubicación y orientación

Tampoco la disposición de las atracciones se correspondía con la ordenada en el proyecto. Los feriantes colocaron las instalaciones en forma de S, y no a lo largo del tramo predeterminado en el proyecto aportado por el arquitecto municipal.

Dado que la feria ocupaba el emplazamiento previsto para verano, el de la plaza de la Libertad, ese informe técnico fija en ese caso que el hinchable debía haber estado protegido entre el «Tren de la Bruja» y los coches de choque, lo que además habría facilitado su amarre a las atracciones vecinas.

En lugar de eso, los feriantes lo colocaron en uno de los extremos, desprotegido (y sin anclajes en su lateral derecho, el expuesto al viento, según 15 testigos presenciales), a 70 metros de la ubicación asignada y sin respetar tampoco la orientación planificada, que «difiere sustancialmente» de la indicada en el proyecto, afirma la Policía.

Una vez examinada la documentación, la Policía concluye que «no se ha encontrado escrito alguno en el que se solicite el cambio de ubicación de la feria de Navidad respecto de la de verano» y que «en ninguno de los documentos aportados se hace referencia al cambio de disposición de las atracciones dentro del recinto ferial».

El SAMU «no limpia sangre», solo «atiende y traslada a las víctimas»

T.D. València

Cuando el equipo del SAMU que atendió a Vera se había llevado ya a la pequeña al Hospital Clínico, una agente de Homicidios vio que alguien había limpiado la sangre alterando el escenario. El dueño de la atracción no tuvo empacho alguno en culpar al SAMU de esa limpieza, tal como adelantó Levante-EMV. Por esa razón, Homicidios se ha puesto en contacto con el equipo que intervino aquella tarde-noche del 4 de enero. La respuesta, esperada, es absolutamente clara. Los sanitarios no solo niegan con un rotundo «no» haber limpiado el charco, sino que aclaran que «se limitaron a estabilizar a la víctima y trasladarla al hospital". Y remachan: "Nuestro cometido es atender a las víctimas, nunca limpiar el lugar del incidente».

La única persona ajena al dispositivo de policial y de emergencias que estaba en ese momento dentro del lugar precintado por la Policía era, precisamente, el dueño de la atracción, a quien la agente acabó riñendo, recordándole que nadie podía estar dentro del perímetro policial ni, por supuesto, tocar ninguna de las atracciones hasta que concluyese la investigación.