Perfumes, colgantes, comida en el supermercado, un llavero con el logotipo BMW para el coche de su novio y hasta importes menores de solo tres y cuatro euros en un paquete de tabaco en el estanco próximo a su domicilio. Todo ello pagado con la tarjeta de crédito del hombre al que acababan de asesinar, descuartizar y quemar sus restos mortales en un paraje de Gestalgar. El reguero de pistas que fueron dejando a los investigadores los cuatro detenidos por su presunta participación en el crimen de Alfredo Balaguer Ríos no deja de sorprender, ante ese exceso de confianza, después de que se hubieran tomado tantas molestias en deshacerse del cadáver, rociándolo con gasolina y prendiéndole fuego con una servilleta y un mechero, para dificultar su identificación.

La misma mañana del 28 de junio, unas horas después de que presuntamente Pilar C. E., de 52 años, o bien Luis Marcos G. T., de 51 y pareja de la anterior –las versiones de unos y otros son contradictorias sobre la autoría del asesinato– acabaran a golpes con la vida de su casero mientras dormía, al parecer con una tabla de madera de cortar, ya trataron de sacar dinero en efectivo de un cajero de Xirivella suplantando la identidad de su víctima, ya fallecida y cuyo cadáver todavía permanecía en la casa. Hasta cuatro intentos de reintegro de efectivo de la cuenta del difunto se realizaron esa mañana, todos sin éxito por introducir mal el número pin.

Al fallarles esa opción porque seguramente desconocían la clave, optaron por otra vía para desplumar la cuenta bancaria de su víctima, quien cobraba una pensión de 750 euros mensuales y acababa de cobrar ese mes de junio una paga extra de 1.300 euros.

Los detenidos por el crimen del hombre quemado en Gestalgar, tras el registro

Los detenidos por el crimen del hombre quemado en Gestalgar, tras el registro Teresa Domínguez

Así, comenzaron a hacer uso de la tarjeta de su víctima para cualquier tipo de pago, tanto en tiendas de alimentación como estancos, perfumerías y numerosas compras por internet. En total, los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil han hallado movimientos en la cuenta bancaria de Alfredo Balaguer desde su fallecimiento hasta mediados de agosto por importe de 1.300 euros –sin contar con los cargos habituales-.

Por ello la causa está abierta, además de por el delito de asesinato, por estafa, falsedad documental y usurpación de estado civil. Los cuatro arrestados, detenciones de las que informó en exclusiva Levante-EMV, se encuentran en prisión provisional desde el viernes.

Aunque todo apunta a un móvil económico, los acusados esgrimen cuestiones relacionadas con la convivencia de Alfredo con Pilar y su hija Laura, a quienes además de cobrarles un alquiler por una casa que no era suya, les obligaba a cocinar y limpiar. Además Pilar había denunciado días antes del crimen a su casero por amenazarla con un cuchillo. Fruto de este incidente, el 21 de junio Alfredo fue detenido por un delito de lesiones. Otro indicador más que llevó a poner la lupa sobre los sospechosos.