El fiscal del Juzgado de Instrucción 20 de València ha instado en un informe al juez a que archive la causa abierta por homicidio por la muerte de Olga Pardo, la mujer de 43 años hallada en la acequia de Moncada a su paso por Massarrojos el 6 de abril de 2021, tras conocer el informe definitivo de la autopsia, que establece como causa más probable de la muerte «la sumersión» tras la caída accidental de la mujer al canal de riego, tal como adelantó ayer Levante-EMV en exclusiva.

El representado del Ministerio Público basa su decisión en dos hechos. Por una parte, en ese informe de los médicos del Instituto de Medicina legal (IML)de València, que llegan a la conclusión, tras haber recibido los resultados de todos los análisis solicitados, «más probable» de que Olga falleció por asfixia por sumersión, es decir, que se ahogó. Y creen que sucedió al caer de manera accidental, lo que descarta el asesinato. En un primer momento, las lesiones halladas en el cuello y la barbilla les llevaron a pensar que había sido estrangulada, pero finalmente han determinado que en realidad se ahogó, y fijan como «causa intermedia» la intoxicación por «abuso de drogas» certificada en los análisis, estado que le impidió reaccionar y salir del agua a tiempo.

Pero, además, el fiscal aduce una segunda razón: la impecable e intensa investigación llevada a cabo por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València, que incluyó no solo el descarte de los tres sospechosos más evidentes tras analizar los tráficos y movimientos de sus teléfonos, sus coartadas y sus andanzas entre el 3 de abril, cuando desapareció Olga, hasta el 6 por la mañana, cuando un hombre encontró su cuerpo flotando en la acequia.

También escudriñaron a todos los vecinos de la zona de Benimámet más próxima al punto donde cayó al agua, muy cerca de la rotonda de entrada a ese barrio y que es el primero en el que el canal está descubierto tras recorrer el término de Paterna por el subsuelo. Así mismo, cotejaron todo el tráfico de llamadas en la antena que da cobertura a esa área, y no hubo ninguna interacción con el móvil de Olga. Y, sobre todo, localizaron las grabaciones de numerosas cámaras que la captaron en un bus de la línea 99 de la EMT, primero, y deambulando errática después, en plenas restricciones a la movilidad, hasta que se perdió caminando cerca del Palacio de Congresos.