El asesino de Canovelles encañonó a otro socio del club de tiro tras el crimen

Roger, un exmilitar de 20 años que estaba sin empleo, protagonizó un incidente con un camarero del mismo club dos semanas antes del crimen

El Club de Tir Precisió de Granollers, en Canovelles, donde se produjo el tiroteo mortal. / LOURDES CASADEMONT

El Club de Tir Precisió de Granollers, en Canovelles, donde se produjo el tiroteo mortal. / LOURDES CASADEMONT

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Roger L.S., el exmilitar de 20 años que el sábado por la tarde asesinó al instructor del club de tiro de Canovelles (Vallès Oriental), encañó también a otro socio de la galería antes de huir, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. Este socio, que resultó ileso del enfrentamiento con el joven instantes después de que matara a su víctima, ha declarado a los Mossos d'Esquadra que cree que el pistolero incluso llegó a presionar el gatillo del arma, aunque esta, por razones que desconoce, no disparó ningún proyectil.

El homicida se presentó en el Club de Tiro de Precisión Granollers el sábado sobre las seis y media de la tarde. Practicó hasta que la galería cerró, a las siete y media de la tarde. Cuando ya solo quedaba él y la víctima, el instructor que era también el responsable de la galería, Roger, según captaron las cámaras de vigilancia, le atacó. Se acercó por su espalda, mientras el instructor barría, y sin que mediara discusión alguna le disparó en cinco ocasiones.

La víctima se desplomó y Roger se dispuso a emprender la huida. Pero antes de abandonar el lugar fue sorprendido por otro socio, un hombre de unos cincuenta años que había bajado de nuevo a la galería porque se había olvidado algo allí. Este segundo usuario vio el cuerpo del instructor en el suelo –que todavía seguía con vida– y descubrió a Roger a punto de marcharse. Intentó impedirlo pero Roger, siempre según su declaración, le encañonó con un arma y apretó el gatillo sin que la pistola disparara.

Tras esta acción, el usuario corrió a buscar refugio y Roger, con las dos pistolas que había usado para entrenar, se marchó. Pasó junto al bar, en el que todavía quedaban algunos socios, y se marchó sin enfrentarse a ellos. Después, obligó a punta de pistola a una conductora a llevarlo a Barcelona. En la capital catalana, de nuevo encañonando a otras dos mujeres que circulaban con su vehículo, repitió la detención ilegal forzando a estas dos últimas víctimas a conducirlo hasta Murcia, donde fue detenido por una patrulla de la Policía Nacional.

Un episodio anterior

El arrestado había formado parte del ejército de tierra, tiene licencia de armas y es socio del club de tiro de Canovelles. Dos semanas antes de asesinar al instructor de la galería, Roger ya se mostró violento con otro empleado del mismo establecimiento. Según las fuentes consultadas por este diario, el joven discutió de forma agresiva con un camarero en la zona del bar.

El presidente del club habló con la familia, poco después de lo sucedido, para trasladar el malestar generado a raíz del episodio y para subrayar que esas conductas no podían repetirse en las instalaciones. La familia se disculpó.

La familia no declara

Tras el asesinato del instructor, el mismo sábado por la tarde, los Mossos d'Esquadra, que habían perdido su rastro en Barcelona y habían desplegado un amplio dispositivo por la corona metropolitana de Barcelona en el que participaban agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) y de la Brigada Móvil (Brimo), hablaron con la familia, que se acogió a su derecho a no declarar, una reacción que no ayudó a dar con el paradero de su hijo, que en esos momentos era considerado una grave amenaza y se encontraba a bordo del coche de las dos mujeres a las que obligó a punta de pistola a trasladarlo hasta Murcia.

Roger abandonó el ejército de tierra a finales de 2022. Desde entonces, se encontraba sin empleo. A pesar de que tenía licencia de armas, no tenía pistolas de su propiedad y en la galería de tiro usaba las que le prestaba el club.

Los investigadores de los Mossos no han hallado todavía ninguna explicación que pueda aclarar por qué atacó por la espalda al instructor del club, un hombre muy apreciado por los socios.

El juzgado de Granollers instruye una causa que ahora está a la espera de que Roger pase a su disposición cuando resulte posible el traslado desde Murcia, donde terminó una huida que había durado doce horas.

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