El casero echa del piso a los hijos de la víctima del crimen machista de Antella

El propietario de la vivienda de alquiler impide acceder al domicilio familiar a los hijos de Ilham, de 16 y 18 años, y cambia la cerradura de la puerta

Los dos hijos de la víctima junta a una pariente en la puerta de su casa de donde los han expulsado

Los dos hijos de la víctima junta a una pariente en la puerta de su casa de donde los han expulsado / Perales Iborra

Marina Falcó

Marina Falcó

Los hijos de la mujer asesinada por su expareja en Antella el pasado domingo no pudieron ayer acceder a su casa porque el dueño se lo ha impedido. Según explicó la hija mayor de la víctima a Levante-EMV, los propietarios de la vivienda en la que están de alquiler, les prohibieron el acceso, además de cambiar la cerradura. En ningún caso una persona puede ser desalojada de su domicilio, protegido por la Constitución Española como entorno inviolable, salvo que lo determine un juzgado dentro de un expediente de impago con todos los pasos previos cumplidos, pero menos aún en el caso de unos menores a los que la ley considera víctimas directas de violencia de género como hijos de una mujer asesinada en un crimen machista.

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EUROPA PRESS

A la inmensa desgracia de perder a una madre en semejantes circunstancias, queda el desamparo. El menor de los niños tiene 12 años, el siguiente, 16, y la mayor era incluso menor de edad hasta hace unos días y ahora están en la calle porque el casero no les reconoce el derecho a vivir en el domicilio que compartían con su madre y su verdugo desde hacía años.

La situación se agrava porque la chica de 18 y su hermano de 16 se defienden mal en castellano porque hace apenas un par de años que llegaron de Marruecos, su país de origen, por lo que tampoco saben a qué organismos recurrir y dónde pedir las ayudas que les corresponden como víctimas de violencia machista.

La hija de Ilham Najah, con sus 18 años recién cumplidos, ni siquiera tiene un empleo, así que se muestra dispuesta a «trabajar de lo que sea» porque su intención es hacerse cargo de sus hermanos y quedarse en el domicilio que compartían con su madre para evitar que cada uno de ellos acabe en un centro distinto.

Ilham, a quien los vecinos de la localidad llamaban María, tenía tres hijos, una chica de 18 años, y dos chicos: uno de 16 y otro de 12 que fue quien estuvo presente el pasado domingo cuando asesinaron a su madre. Porque no hay que olvidar que estos tres jóvenes perdieron a su madre hace apenas seis días asesinada por su expareja a cuchilladas.

La Policía Local estaba delante

El caso es aún más grave porque la Policía Local acudió al piso cuando un operario acababa de cambiar la cerradura, tal como ha podido comprobar Levante-EMV, y aún así no se revirtió la situación y los hijos de Ilham no pudieron quedarse en su domicilio. De hecho, no están en la calle porque unos allegados les han permitido dormir en su vivienda como solución provisional durante unos días.

A preguntas de este periódico, uno de los dueños del piso declaró que les permite «que entren a coger sus cosas pero no quiero que se queden aquí». El alquiler del piso de este mes de julio incluso está pagado, aseguran tanto los hijos de Ilham como sus allegados, pero aunque no fuese así, la ley es clara: para desalojar a unos inquilinos debe iniciarse un proceso de alzamiento denunciándolo ante un juzgado, siempre y cuando se produzca un impago durante al menos dos meses consecutivos, y desde luego no puede hacerse sin previo aviso, como tampoco se puede cambiar la cerradura para impedir el acceso o cortar los suministros de luz y agua como método de coacción.

El incidente

El juzgado de Alzira que instruye el caso dio a la hija mayor de Ilham las llaves de la vivienda y los enseres de su madre ayer por la mañana. Cuando fueron al domicilio a limpiar la casa, que aún tiene huellas del asesinato y restos de la investigación realizada por los agentes de la Unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil, se encontraron con esta terrible sorpresa.

La hija mayor de Ilham explicó a este periódico que el hermano de 12 años sigue en casa de una vecina «que es como de la familia» y que tanto ella como su hermano mediano están en casa de un amigo de su madre, pero solo pueden quedarse unos días.

Los servicios sociales, explica la joven, les han ofrecido distribuirlos por centros de acogida aunque su deseo es que «no nos separen». La alcaldesa de la localidad manifestó a preguntas de este periódico que "al tratarse de un problema de particulares" no tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo entre los menores y el casero.

Una mujer cercana a la familia que les ha estado ayudando de forma desinteresada con todas las gestiones para repatriar el cuerpo de Ilham a Marruecos, de donde es originaria la familia, explicó que existen familiares que no viven en Valencia que se han prestado a echar una mano y que la comunidad islámica «no los vamos a dejar solos».

Vicente F. Q. mató a cuchilladas a su expareja

El brutal asesinato machista ocurrido el pasado domingo en la localidad de Antellaconmocionó a la sociedad valenciana en general, pero a los vecinos de la localidad ribereña y los del municipio de Rocafort en particular. Vicente F. Q. de 53 años mató a cuchilladas a su expareja, Ilham Najah, de 38, en la vivienda de esta mientras se encontraban en el domicilio el hijo menor que ambos tenían en común.

La pareja, que se encontraba en trámites de separación, había estado residiendo en Rocafort hasta que la víctima dispuesta a cortar la relación, se había mudado a Antella donde trabajaba cuidando a personas mayores.

Según pudo saber Levante-EMV el día de este cruento asesinato, Ilham estaba disfrutando del domingo comiendo en casa junto a su hijo. Pero Vicente F. ya llegó con la intención de acabar con la vida de quien había sido su pareja desde hacía una década y madre de su hijo adoptivo de tan solo 12 años ya que portaba consigo un cuchillo jamonero con el que atacó a la víctima sin mediar palabra.