Tres 'Bocanegra' se enfrentan a penas de entre 45 y 50 años de cárcel por el tiroteo mortal en el cementerio de Torrent

El autor material de los disparos y sus padres están acusados de asesinar a dos personas e intentarlo con otro

Levantamiento de uno de los cadáveres tras el tiroteo en el cementerio de Torrent en 2021.

Levantamiento de uno de los cadáveres tras el tiroteo en el cementerio de Torrent en 2021. / Fernando Bustamante

La sangre tiñó de rojo el camposanto de Torrent en la festividad de Todos los Santos, el día 1 de noviembre de 2021, cuando tres miembros de un clan familiar presuntamente acabaron a tiros con la vida de dos personas e hirieron a otra, un joven de 20 años, por una antigua rencilla con otra familia con la que estaban enemistados. Ninguna de las dos víctimas mortales tenían relación con este enfrentamiento entre clanes. Antonio García, de 45 años, siempre se había mantenido al margen de los problemas de y enfrentamientos de sus primos, del clan de los ‘Marco’, con los ‘Bocanegra’ –conocidos también como los ‘Mone’–. Y el otro fallecido, José Luis Puig, un vecino de Torrent de 79 años, había acudido a llevarle flores a su difunta mujer cuando fue alcanzado por una bala perdida.

Agentes de la Policía Nacional establecieron controles en el cementerio en el aniversario de los crímenes para prevenir nuevos incidentes

Agentes de la Policía Nacional establecieron controles en el cementerio en el aniversario de los crímenes para prevenir nuevos incidentes / Germán Caballero

El próximo 11 de diciembre los tres acusados por este doble crimen, en prisión provisional desde que en marzo del pasado año fueron arrestados en Ciudad Real, como adelantó en exclusiva Levante-EMV, tendrán que responder ante un jurado popular por sus delitos. El Ministerio Fiscal solicita penas que ascienden a los 51 años y medio de prisión para el autor material de los disparos, Ramón G. F, alias ‘el Bobo’, por dos delitos de asesinato consumado (19 años por cada uno) y por otro en grado de tentativa (12 años), así como por el delito de tenencia ilícita de armas (un año y medio de cárcel).

Para los padres del principal encausado, a los que también considera autores de los mismos delitos, el fiscal pide 45 años y medio de prisión para cada uno. Considera que Amparo F. G., de 61 años, portaba escondida entre sus ropas un arma de fuego de calibre 9 milímetros «para poder utilizarla en caso de que fuese necesario». Y que su marido, Ramón G. M., patriarca de los ‘Mone’, cogió dicha pistola «con la intención de acabar con la vida de los miembros de la otra familia, con la que habían tenido ciertos conflictos hacía tiempo».

Las rencillas entre ambas familias se remontan a otro tiroteo con dos heridos ocurrido en 2016

Estos conflictos, a los que hace una mera referencia el escrito de acusación del fiscal, se remontan a 2016 cuando se produjo otro tiroteo con dos heridos tras una agresión a unos menores por un asunto banal. Los presuntos autores del tiroteo, que resultaron absueltos, tuvieron que abandonar Torrent y ambos clanes establecieron turnos para velar a sus difuntos el día de Todos los Santos –una familia iría por la mañana y la otra por la tarde– para así evitar nuevos encontronazos.

El 'Bobo' salió de su encierro voluntario

No obstante, ese 1 de noviembre de 2021 el ‘Bobo’, abandonó el encierro voluntario que había guardado durante años para evitar ser detenido por una causa pendiente, e incumpliendo el pacto entre clanes acudió al cementerio de Torrent junto a su padres, también acusados. Allí se encontraron con miembros de la otra familia y comenzaron a increparles y amenazarles para que se marcharan del lugar, llegando a golpearles con sillas y palos. Además del tiroteo de 2016, los ‘Bocanegra’ consideran a los ‘Marco’ responsables de la muerte en octubre de 2018 de Luis G. F., quien a sus 39 años perdió la vida tras precipitarse al barranco de Torrent desde el puente que une el municipio con Alaquàs. Aunque la autopsia determinó que se trató de una caída accidental, el estado de intoxicación que presentaba el cuerpo prueba que éste venía de consumir droga, cuando la familia le había prohibido al otro clan que le vendiera o le fiara cualquier sustancia estupefaciente para alejarlo de su adicción. 

Según los hechos que recoge la Fiscalía, cuando el patriarca de los ‘Mone’ trató de disparar, la pistola se le cayó al suelo. La otra acusada presuntamente habría recogido el arma y se la entregó a su hijo para que disparara contra la otra familia. Así, «con ánimo de matar y sin importarle lo más mínimo que cerca de él hubiese más gente y el riesgo que para ellos podía suponer, comenzó a disparar contra los miembros de la otra familia», quienes se encontraban «desarmados y sin posibilidad alguna de protegerse».