Arrestados dos vecinos de Picassent por el homicidio de otro que cayó al suelo tras un empujón

El juez deja en libertad a los investigados, que se entregaron al verse acorralados por la Guardia Civil

La cámara de un supermercado captó el momento en que perdía el equilibrio y se golpeaba contra el suelo

El móvil es una deuda de 900 euros de la víctima al principal acusado

El presunto autor del golpe que derribó a la víctima, ayer, a su llegada al juzgado de Picassent.

El presunto autor del golpe que derribó a la víctima, ayer, a su llegada al juzgado de Picassent. / Ignacio Cabanes

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

David Ripoll Cervera, de 48 años, no murió al golpearse accidentalmente contra un contenedor en Picassent, donde residía, como se creyó en un primer momento. Su muerte, calificada de momento como homicidio imprudente, se produjo tras recibir un golpe o un empujón que le hicieron perder el equilibrio y golpearse la cabeza contra el suelo, lo que le produjo daños cerebrales irreversibles que le ocasionaron la muerte horas más tarde. 

Dos amigos suyos, a uno de los cuales le debía 900 euros, han sido detenidos ahora, cuatro meses después de aquellos hechos, que sucedieron el 3 de julio, tras una minuciosa investigación realizada por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil para poder llegar a los presuntos responsables de esa muerte, a quienes además se les imputa un delito de omisión del deber de socorro, ya que se fueron del lugar sin alertar a los servicios médicos y sin pedir ayuda. Eso sí, movieron el cuerpo de David, ya agonizante, y lo colocaron con la cabeza sobre el bordillo, junto a unos contenedores de basuras, lo que ayudó a pensar inicialmente en la muerte accidental. 

Un transeúnte le prestó auxilio

La casualidad hizo que, menos de un minuto después de que los ahora detenidos abandonaran la escena, pasara junto al contenedor un vecino quien, al verlo sangrando y tirado en el suelo, llamó de inmediato al teléfono de Emergencias 112, lo que propició el envío de una ambulancia y de patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Picassent. Los sanitarios consiguieron estabilizar a David y trasladarlo en una ambulancia SAMU al Hospital La Fe, donde acabó falleciendo unas horas más tarde

La autopsia realizada al día siguiente por los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de València concluyó que el golpe en la cabeza era la causa de las lesiones mortales, es decir, que había fallecido por un traumatismo craneoencefálico. A partir de ese informe preliminar de la autopsia y de las incongruencias detectadas en los primeros momentos, el grupo de Homicidios de la Guardia Civil se hizo cargo del caso y comenzó la ronda de declaraciones con familiares, amigos y allegados a la víctima.

Debía dinero a una decena de personas

Así, supieron que tenía deudas con cerca de una decena de personas, a alguna de las cuales debía cifras elevadas de dinero. Tras descartar uno a uno a cada acreedor y comprobar sus coartadas, la investigación, que ha obligado a realizar un detallado análisis del teléfono de la víctima y de sus redes sociales, empezó a dirigirse hacia una de esas personas a las que debía dinero.

Además, los agentes contaban con dos datos fundamentales: el testimonio de varios amigos que vieron que se iba del bar donde estaba con ellos con dos hombres y las cámaras de seguridad de un supermercado que captaron el momento de la agresión, la posterior caída, la manipulación del cuerpo inerte del hombre y el abandono del lugar.

El cerco se estrecha

Pero había que ponerles nombre y apellidos. A medida que los agentes fueron estrechando el cerco, los dos sospechosos supieron que su detención era inminente. Así, buscaron asesoramiento legal y, el pasado martes por la mañana, se entregaron a la Guardia Civil. 

Los investigadores creen que el principal sospechoso, acompañado de un amigo, fue aquel día en busca de David para reclamarle el pago de los 900 euros de nuevo y que por esa razón se lo llevaron en el coche hasta un lugar poco transitado -era de noche-, a espaldas del supermercado, donde el principal investigado lo habría amedrentado con amenazas y empujones. Como consecuencia de una de esas agresiones, David habría caído al suelo y se habría producido las lesiones mortales.

Alegan que se asustaron

Los acusados, sin embargo, mantienen que se lo encontraron por casualidad y que su acreedor le hizo subir al coche, donde empezó a reclamarle el pago de la deuda pendiente. El copiloto asegura que le pidió a su amigo que parase el coche porque iban a tener un accidente por su violenta forma de conducir en plena bronca con David. Al llegar a los contenedores, detuvieron el coche y salieron.

El principal acusado habría empezado a pedirle el dinero y, según él, tras darle un empujón, David cayó al suelo y perdió el conocimiento. Al ver que no reaccionaba, le colocaron la cabeza sobre el bordillo para que estuviera "en una postura más cómoda" y se fueron a su casa, que dista unos 100 metros del lugar de la agresión mortal y desde donde, dicen, vieron la llegada de la ambulancia y la policía. 

En libertad sin fianza

El juez de Instrucción número 1 de Picassent, que ha recibido a los detenidos este jueves en su turno de guardia, pero que además es el juez del caso porque también ejercía esa función el 3 de julio, cuando sucedieron los hechos, dejó ayer a ambos investigados en libertad sin fianza y sin comparecencias periódicas en el juzgado. Únicamente les ha retirado el pasaporte y les ha prohibido salir del territorio nacional.