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Parricidio de Sueca: Culpable de asesinar a su hijo para causar “el mayor dolor de todos los imaginables” a la madre

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El parricida de Sueca, ante el juradoIgnacio Cabanes

El jurado popular ha declarado culpable a José Antonio A. C. del asesinato machista de Jordi, de solo once años, en abril de 2022 en Sueca. El acusado le asestó 27 cuchilladas a su hijo para causar un dolor inhumano a su expareja y madre del pequeño. El presunto parricida se enfrenta a la prisión permanente revisable, la mayor pena que contempla la Justicia española.

El jurado también declara probado el grave daño psicológico a la madre del menor.

Además de la pena por el delito de asesinato de víctima especialmente vulnerable por su edad, el Ministerio Fiscal solicita otros siete años más de cárcel por los delitos de amenazas, maltrato, un delito continuado de quebrantamiento de condena por el acoso constante con mensajes y llamadas pese a que tenía prohibido comunicarse con su víctima, y por los delitos de maltrato psíquico y físico habituales.

La magistrada da por concluido tanto el juicio como la comparecencia para prorrogar la prisión del acusado.

El jurado considera que el acusado era plenamente consciente de su acción: "Mató a su hijo porque así lo quiso"

Los miembros del tribunal popular han declarado como no probados los hechos planteados por la defensa que atenuarían la pena, tanto que actuó bajo los efectos del alcohol como el posible trastorno mental. Así, consideran que el acusado era plenamente consciente de su acción: "Mató a su hijo porque así lo quiso".

Se solicita que se prorrogue la prisión provisional del acusado por un plazo de dos años más, para que permanezca entre rejas hasta que la sentencia en base al veredicto de culpabilidad del jurado sea firme.

Las acusaciones mantienen la petición de prisión permanente revisable

Tanto la Fiscalía como la acusación particular y el abogado de la Generalitat han mantenido la petición de la mayor pena que contempla el Código Penal, la prisión permanente revisable, dada la gravedad de los hechos declarados probados por el jurado.

Mientras que la defensa, pese al veredicto de culpabilidad del jurado, mantiene su petición de pena.

Durante el episodio violento ocurrido el 13 de marzo de 2021, en el que el acusado le puso un cuchillo en el cuello a María Dolores, le dijo que “antes le saldrían canas que se iría con otro, al tiempo que intentaba quitarle la ropa por la fuerza”. El acusado le impidió salir de casa, al tener la puerta cerrada con llave y negarse a abrirla, hasta que María Dolores le prometió que no le abandonaría.

Ese día, 13 de marzo de 2021, después de que María Dolores le manifestase que quería el divorcio, porque se había enamorado de otro hombre, estando ambos en el domicilio familiar, la agarró por el cuello, levantándola unos centímetros del suelo y empujándola contra una pared impidiéndole respirar, soltándola finalmente ante sus súplicas, pero, persiguiéndola y empujándola hasta su dormitorio, tirándola sobre la cama.

El jurado se muestra contrario a cualquier tipo de beneficio penitenciario

El 13 de marzo de 2021, cuando María Dolores le reiteró que quería el divorcio, y que se había enamorado de otro hombre, la volvió a agarrar por el cuello, levantándola unos centímetros del suelo y empujándola contra una pared impidiéndole respirar, soltándola finalmente ante sus súplicas, pero, persiguiéndola y empujándola hasta el dormitorio, la tiró en la cama y la volvió a sujetar con fuerza, y, mientras le quitaba la ropa le puso un cuchillo en el cuello. La víctima, temiendo por su vida consiguió apaciguarlo, diciéndole que no se iría, arrebatándole el cuchillo y tirándolo lejos. Tras estos hechos, María Dolores cogió a su hijo, unas pocas cosas de ambos, y se marchó con su hijo a pasar el fin de semana con sus padres, en Cullera.

Los malos tratos habituales también han sido acreditados

En febrero de 2021, cuando María Dolores decidió separarse de su marido, y así se lo comunicó, además de continuar con los insultos, menosprecios, y comentarios denigrantes públicos y privados, comenzaron los golpes y malos tratos físicos en la intimidad del domicilio familiar. Así, el 14 de febrero de 2021, después de que su pareja le dijese que quería poner fin a la relación, la cogió fuertemente por el cuello (hechos por los que ya fue condenado).

Todo ello fue dañando la autoestima de María Dolores que, por ello, rehuía las reuniones y contactos sociales, cayendo en una profunda soledad social, haciendo todo lo que el acusado quería con tal de no discutir con él, llegando a dejar incluso de participar en los grupos de WhatsApp a los que perteneció, tanto de grupos de amigas, compañeras de trabajo y de padres de alumnos del colegio.

El acusado y María Dolores se casaron en el año 2004. A lo largo de todo el matrimonio, pero especialmente a partir de mayo de 2014, ya tras el nacimiento de Jordi, comenzó a hacer manifiesto y público su menosprecio hacia ella, no sólo en la intimidad, sino también delante de sus amigas y familia llamándole constante y reiteradamente “gorda” “muerta de hambre”, “ravalera” y “cullarota”. Diciéndole frases como “no comas más, gorda”, “tú cállate que no sabes nada”, “no sabes ni leer”, “no vales para nada”. También se dirigía a ella diciéndole que cualquiera de sus amigas “estaba más buena que ella”. La denigraba, piropeando en público y en su presencia, a las amigas de ella, ensalzando sus pechos o sus nalgas, y haciendo comparaciones despreciativas en relación con las características físicas de María Dolores.

De igual modo “la controlaba, llamándola insistente y constantemente por teléfono para ver qué hacía o con quién estaba, e iba a recogerla a la salida del trabajo para que se fuese directamente del trabajo a casa con él, incluso llegando a obligarla a dejar la compañía de sus amigas en las ocasiones en que ésta estaba con ellas, cogiéndola bruscamente por el brazo, zarandeándola o empujándola y obligándola a irse con él”. Asimismo, le decía que sus amigas eran unas “putas” y “perreras” , que dejase de ir con ellas

El procesado “despreciaba y discriminaba a su esposa por el hecho de ser mujer, relegándole todo reconocimiento que no estuviese referido a roles de sumisión machista relativos a papeles, comportamientos, actividades y atributos propios de las mujeres”.

 “Matar al hijo común de ambos fue el colofón de su deseo de dominación machista contra ella mantenido a lo largo de su matrimonio”.

También queda probado el ensañamiento

El jurado considera también acreditado el ensañamiento, al considerar que Jordi “murió de forma innecesariamente dolorosa”.

Jordi quería a su padre, confiaba en él, y nada temía. Se encontraba plena y totalmente confiado: totalmente desprevenido respecto de toda intención de ataque para con él y sin medios con que defenderse. Además entre el acusado y su hijo, de solo 11 años, había una notable desproporción física.

De igual modo, cuando acuchilló repetidamente a su hijo, ambos se encontraban solos en el domicilio, por lo que el niño no podía recibir ayuda de nadie.

El jurado también declara probado el grave daño psicológico a la madre del menor

Así consideran que al matar a su hijo, el parricida causó a María Dolores “un dolor tan intenso, que padece desde entonces un trastorno adaptativo por duelo, derivado de una reacción depresiva reactiva al fallecimiento de su único hijo con el componente respecto a la forma por quien se lleva a cabo dicho acto” (su propio padre), “con una evolución clínica favorable, existiendo clínica ansioso depresiva estando en seguimiento acreditado, apreciándose además daño social en el ámbito familiar” y en la vida de la madre “presentando cuadro ansioso depresivo importante consistente en miedo, nerviosismo, llanto, tristeza, ánimo fluctuante, desesperanza , anhedonia ( incapacidad para disfrutar de las cosas agradables de la vida y de experimentar placer), culpabilidad e incluso ideación suicida compatible con un trastorno depresivo, para el que está precisando tratamiento psicológico, psiquiátrico y farmacológico que debe continuar”.

Acuchilló a su hijo para causar “el mayor dolor de todos los imaginables” a la madre del menor

De hecho, los miembros del jurado popular consideran que José Antonio A. C. quería matar a su hijo para así causar a su exmujer y madre del niño “el mayor dolor de todos los imaginables”. Y solo dejó de acuchillar el cuerpo de su hijo de 11 años cuando éste ya estaba muerto.