El líder del clan de los Vega Daza y sus socios fueron acribillados con una quincena de tiros

El grupo de Homicidios de la Guardia Civil busca cámaras en el recorrido de los asesinos, que emplearon pistolas y huyeron en un solo coche

Los investigadores intentan averiguar si el triple crimen es el final de una guerra iniciada en Colombia

El equipo de Criminalística de la Guardia Civil examina el coche del triple crimen del Saler

Guardia Civil

«Game over Los Vega». Con esa pintada ha amanecido una casa vinculada a la familia de Roberto Carlos Vega Daza Beto, uno de los tres hombres asesinados a tiros en la noche del martes al pie del bloque 7 de la Gola de Pujol, en la pedanía valenciana del Saler, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV. Según los primeros datos de la autopsia, los autores del triple crimen, probablemente dos, acribillaron a sus víctimas con al menos una quincena de disparos.

Agentes de Criminalística y el forense proceden al levantamiento de uno de los cadáveres del triple crimen del Saler

Ignacio Cabanes

Aunque aún es pronto, dado que el grupo de Homicidios de la Guardia Civil lleva apenas 24 horas con esta investigación, hay varios elementos que refuerzan la tesis de que el triple crimen al pie de l’Albufera es el último episodio de la guerra entre clanes del norte de Colombia y que tiene su antecedente inmediato en el exterminio de los varones del clan Vega Daza, el 29 de junio del año pasado, en Villa Campestre, muy cerca de Barranquilla. Sicarios que fueron relacionados con Los Costeños habrían sido los autores de los asesinatos con fusiles de asalto y munición de guerra del padre de Beto, Julio Vega Cuello (‘Kike’ Vega) y de sus hermanos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza. Los cuerpos tenían 36 impactos de bala del calibre 5.56 mm. Roberto Carlos sufrió heridas, pero sobrevivió. Era la segunda vez que esquivaba la muerte, tras ser atacado en un centro comercial de las afueras de Barranquilla el 14 de junio de 2018.

Tras la masacre de Villa Campestre del año pasado, en la que los sicarios mantuvieron bajo vigilancia con drones y sistemas electrónico a los Vega Daza durante un mes, Beto desapareció. Huyó primero a Panamá, donde su familia aparentemente tenía aliados de negocios, el tráfico de cocaína a gran escala.

De ahí, habría saltado a Europa. Unas fuentes (periodísticas) lo sitúan directamente en Madrid y otras afirman que habría pasado antes por Albania. Sí parece haber coincidencia en que habría buscado alianzas con clanes albaneses del llamado cartel de los Balcanes, que no solo se ha hecho con el negocio de la distribución de los cargamentos que llegan por mar desde Suramérica –hay una fuerte sobreproducción desde hace años por distintas razones–, sino que además se estarían intentando hacer con parte del negocio en origen.

Demasiados candidatos

Así la cosas, el número de candidatos a figurar como sospechosos en la lista del grupo de Homicidios de la Guardia Civil es larga y variada. El modo en que Roberto Carlos Vega Daza, el último heredero del clan vivo hasta el martes, y de sus dos socios, Harold J. R. y José S. L., inhabitual en España, respalda la teoría de que Álvaro Luis Ospino, La Negra Dominga, líder de un poderoso clan de narcos venezolanos que se la juró a los Vega Daza tras el asesinato de un sobrino suyo durante la fiesta de cumpleaños de este en 2019 por un error de un escolta de los Vega, habría acabado en el Saler lo que empezó en Villa Campestre, tras localizar al fugado Beto ocho meses después de su salida de Colombia.

Matan a tiros a tres ciudadanos colombianos en un coche en la Gola de Pujol

Matan a tiros a tres ciudadanos colombianos en un coche en la Gola de Pujol / Fernando Bustamante

Sin embargo, aún es pronto para determinar la autoría. Incluso para decantarse por una única hipótesis. De momento, los agentes de Homicidios han empezado a buscar cámaras de seguridad que pudiesen haber grabado la llegada y la huida de los criminales, para lo cual han abierto el radio, ya que en el parque natural de l’Albufera no existen sistemas de grabación, pero sí en las carreteras de acceso a las torres de Aparejadores donde fueron acribillados Vega Daza y sus socios.

La primera en percatarse fue una vecina de la torre 7, sobre las 21.15 horas del martes, cuando pasó y vio en el suelo lo que claramente eran los cadáveres de dos hombres caídos al pie de un Volkswagen Passat con las puertas abiertas. La mujer alertó al 112, que envió al lugar patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil.

Un tiro en la cabeza

Según las fuentes consultadas por este diario, es precisamente Roberto Carlos, el último de los Vega Daza, quien más impactos de bala presentaba –entre 7 y 9, según distintas fuentes–, lo que refrenda que él era el objetivo principal de los asesinos. Es el único que tenía un tiro en la cabeza. Uno de los cuerpos estaba caído al pie de la puerta abierta del conductor, otro, también sobre el asfalto, junto al portón trasero, y el tercero, dentro del asiento trasero del coche. Los autores del tiroteo, que no fue escuchado por los vecinos pese a la cercanía del edificio, ni siquiera recogieron los casquillos. Al parecer, todos los disparos impactaron en los cuerpos, menos uno que lo hizo en una de las puertas traseras.

Todo apunta a que los asesinos tenían bajo vigilancia a sus objetivos y controlados sus movimientos. Al parecer, Beto y sus socios acababan de bajar de un piso de esa torre en el que residía uno de ellos y que ayer fue registrado por la Guardia Civil, y que los tres fueron sorprendidos cuando se estaban subiendo al Passat.