Asesinó al dueño de un bar de forma «consciente» pese a su esquizofrenia

El jurado lo declara culpable y no aprecia ningún tipo de atenuante ni eximente que afecte a su imputabilidad

El acusado de asesinar a cuchilladas al dueño de un bar de València alega un “secuestro hipnótico”

Ignacio Cabanes

Culpable de asesinato por matar a cuchilladas al dueño de un bar de Campanar de forma alevosa cuando éste se encontraba indefenso, agachado y de espaldas a su agresor, empezando a levantar la persiana del local que regentaba. Siendo plenamente consciente de su acto criminal, sin ningún tipo de atenuante o eximente que afecte a su imputabilidad, pese a la esquizofrenia paranoide crónica que padece y por la cual está diagnosticado desde el año 2007. Así lo ha declarado un jurado popular en su veredicto por el asesinato de Feng Wang en julio de 2022. 

La pena a la que se enfrenta ahora el acusado con este veredicto de culpabilidad va de los 15 a los 25 años de prisión, más de lo que solicitaba inicialmente el Ministerio Fiscal –que pedía diez años de cárcel– al sí apreciar una eximente incompleta de alteración psíquica. 

Aunque declaran probada la enfermedad mental que padece Jorge R. P., los miembros del jurado entienden que dicha esquizofrenia no afectó en modo alguno en su conducta ese 29 de julio de 2022, cuando esperó a su víctima y le atacó a traición con el cuchillo de 32 centímetros (20 de ellos de filo) que había comprado la tarde anterior en un centro comercial de Campanar.

Para llegar a dicha conclusión el jurado se ha basado en el informe de los psiquiatras forenses del Instituto de Medicina Legal de València, quienes concluyeron que no sufrió un brote como tal, pero que sí que estimaban que sus capacidades cognitivas y volitivas estaban afectadas parcialmente.

Lo que finalmente no han considerado probado es el ensañamiento, al no quedar acreditado que con las ocho cuchilladas pretendiera aumentar deliberada e inhumanamente el dolor de su víctima.

El "secuestro hipnótico"

Las argumentaciones que dio el propio acusado durante su declaración en la primera sesión del juicio la semana pasada no parecieron convencer a los miembros del jurado popular. Así el supuesto "secuestro hipnótico" de su cabeza, en palabras del procesado, y el hecho de que remarcara en varios momentos del interrogatorio su condición de persona enferma de esquizofrenia ha sido finalmente contraproducente para su defensa. Al igual que los actos previos y posteriores al crimen, que también ha entendido el jurado que por un lado primero suponen una cierta premeditación y preparación de su crimen, como la compra del arma homicida tras haber discutido con el dueño del bar esa misma tarde. Y posteriormente para intentar ocultar su crimen, que tampoco apoyan la hipótesis del brote de esquizofrenia.

Así, se considera probado que a las siete de la mañana Jorge R. P., un sintecho de 56 años que pernoctaba en el cauce del río Túria, se dirigió andando a la calle Joaquín Ballester de València, portando una bolsa en la que llevaba entre otros efectos, el cuchillo de 32 centímetros que había comprado la tarde anterior, a las 20.26 horas, en un centro comercial.

Al llegar a la intersección pudo ver como Feng Wang se hallaba agachado y de espaldas a la vía pública, empezando a levantar la persiana del local que regentaba. En ese momento, el acusado comenzó a correr hacía su víctima, mientras sacaba el cuchillo de la bolsa, cayendo la funda de plástico a la calzada, según declararon varios testigos. Y atacó al dueño del bar asestándole cuchilladas, sin que éste pudiera oponer mayor resistencia, que intentar "incorporarse, girarse y tratar de interceptar las estocadas con sus brazos y manos". Cinco de las ocho cuchilladas eran precisamente defensivas. De las otras tres, una le atravesó la pared abdominal y le seccionó la vena ilíaca, provocándole una hemorragia interna, por la que Feng Wang falleció tras ser evacuado al Hospital La Fe.