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Tina Pastor, la niña que quería ser constructora

Directora general de Urbem, Tina Pastor tomó el año pasado el relevo de su padre al frente de la compañía promotora y constructora. Es la tercera generación de su familia dedicada a una profesión a la que ella aspiraba desde la infancia.

Tina Pastor, el pasado jueves, en la caseta de la promoción de la empresa en el barrio de Malilla. Germán Caballero

Los sueños de infancia son un territorio propicio para extravagancias que generalmente no se cumplen. Bueno, algunas veces se hacen realidad. Es el caso, por ejemplo, de Tina Pastor, que, cuando niña, decía que de mayor quería ser constructora? Y lo consiguió. Claro que tenía ciertos mimbres que no estaban al alcance de otros (y otras), fundamentalmente la tradición empresarial familiar ligada a esta actividad -digámoslo, con arrojo y respeto- tan poco femenina.

Y es que Pepe, el abuelo de Pastor, ya era constructor. Mejor dicho, se hizo constructor. El hombre había nacido en Ontinyent, pero siendo muy pequeño su familia se trasladó a València en busca de una mejor vida, como se dice. Cuando creció, se hizo albañil. En aquella época conoció a Isabel, una castellonense de El Toro, y se casaron. Esta localidad tendría una papel determinante en la existencia de Tina Pastor, porque su padre José acompañó durante muchos años a sus progenitores cuando iban de visita a esa población, por fiestas y vacaciones. Y en una de esas conoció a su madre, que, mientras su marido se dedicaba a los negocios, ejerció como maestra de escuela. «Maestra», abunda Tina, «mejor que profesora, que es palabra más fría y denota menos vocación».

José Pastor siguió la estela de su padre y se incorporó a lo que por aquel entonces ya era una empresa dedicada a pequeñas obras inmobiliarias que el patriarca había fundado con otros emprendedores de la época. Con la llegada de la democracia, en 1977, padre e hijo y otros socios constituyen Urbem. El hijo de uno de ellos, al cabo de los años, acabaría vendiendo su participación a su competidora Cleop, lo que a la postre provocó un perdurable quebradero de cabeza a los Pastor.

Es en ese ambiente en el que nace Tina en 1972 y siete años más tarde una hermana que empezó trabajando en la firma familiar pero que ahora ha dirigido sus pasos hacia la enfermería. Parece, por tanto, que no nunca soñó con ser constructora. La actual directora general de Urbem confiesa que, «desde pequeña, ya quería poner ladrillos. Me entró en vena yendo con mi padre a las obras. Me atraía el cemento, dar órdenes». Construir casas, en definitiva. Así que se preparó para poder desarrollar su vida profesional en el mundo de los negocios. Estudió Ciencias Empresariales en la Universitat de València. Sin embargo, en el último año de carrera «ya no pude aguantar más y me puse a trabajar».

Hasta entonces, solo acudía a la empresa «de visita». Aquel quinto curso de carrera lo compaginó con media jornada en la firma familiar. Primero en el departamento de contabilidad y finalmente en las oficinas centrales, aunque entremedias estuvo en la caseta de obras vendiendo pisos de un edificio en General Avilés, una ocupación a la que da un aprobado raspado a pesar de que le ayudó a «aprender a valorar el trabajo de los comerciales».

Finalizados los estudios, entra ya a jornada completa en la compañía, los dos primeros años en el departamento administrativo, y empieza a ejercer funciones de dirección.

En 1996, asciende a adjunta a la dirección, siempre a las órdenes de su padre. Y en 2012, realizó un master en alta dirección, al entender que «necesitaba refrescar conocimientos y aprender cosas nuevas». Mientras tanto, Tina se había casado con quien ahora es el director de compras y contratación de Urbem. Todo queda en familia, pues. Ambos son padres de un niño de 16 años y de una niña de 11. Es decir, dos adolescentes que tienen a Tina Pastor de los nervios: «Es cuando valoras a los padres y lo que aguantan». Por algo lo dirá.

Para aguante, sin duda, el suyo. Cuenta que «en cada Navidad desde hace años siempre decía que el siguiente sería el último y que se jubilaría», pero nada. Lo cierto es que Tina Pastor tomó formalmente el relevo en la dirección general el año pasado y su progenitor «ha bajado mucho el ritmo, hasta un 50 % al menos», lo que en el fondo es un privilegio para la hija «porque lo tengo cerca para consultarle».

Además de los problemas societarios derivados de la entrada de Cleop en el accionariado, Urbem no ha sido ajena a los embates de la crisis, aunque los efectos en su caso se hayan demorado porque la empresa realizó «una gestión muy conservadora y teníamos menos endeudamiento que otras constructoras». Al final, sin embargo, se quedó sin liquidez por desacuerdos con la banca y en 2015 tuvo que presentar concurso de acreedores. Asegura Tina Pastor que, ahora, con el convenio ya firmado, «estamos finalizando el proceso». De hecho, la empresa ha vuelto a la actividad tras un período en el que no pudo construir. El año pasado vendió un solar y con ese dinero se ha lanzado a un proyecto de VPO de 104 viviendas a empezar en dos meses en el barrio de Malilla, enfrente de donde está la nueva Fe.

El hotel Primus

A Tina Pastor le gusta el cine, pero confiesa que su gran hobby es su trabajo. Por ejemplo, lee cualquier cosa que caiga en sus manos sobre la construcción. También es muy aficionada a los viajes en coche con la familia, que le han llevado a recorrer buena parte de España, pero también Francia o Suiza. Tal vez esa vocación viajera esté detrás de la inversión que Urbem realizó en 2007: el hotel Primus junto al complejo Aqua de València. Es un 4 estrellas con 262 habitaciones que durante dos años estuvo gestionado por Meliá y que ahora regenta la familia Pastor, ya superados los efectos de la crisis gracias al crecimiento del turismo.

La directora general de Urbem, quien presidió la feria valenciana Urbe entre 2010 y 2015, asegura que se siente «como pez en el agua en el mundo constructor», pese a que, como mujer, se encuentra en minoría tanto en su empresa, que no en el hotel, como en el sector. Tesorera de la directiva del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (Ivefa) y vocal de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP/BPW) y de la Asociación de Constructores Promotores de València, asegura que «nunca me he sentido discriminada. Estoy como uno más. Si un hombre no sabe tratarme, el problema lo tiene él». Más claro, imposible.

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