Más allá de los viveristas dedicados al cultivo intensivo de plantones para suministrar naranjos, olivos, almendros y otros frutales a los agricultores renace ahora un variado y colorista negocio vinculados a las flores y plantas ornamentales que vuelve a sonreír durante todas las estaciones del año en las principales autonomía españolas, entre estas la Comunitat Valenciana. Tras una larga temporada de recesión, estrechamente unida al estallido de la burbuja inmobiliaria y la paralización de obras públicas, los productores de plantas ornamentales renacen de sus cenizas después de un período de desmantelamiento de instalaciones, en su mayoría pymes de propiedad familiar.
«Las plantas ornamentales, como el buen vino, mejoran con el tiempo». Así lo entiende Oscar Calabuig Sanchis (Alboraia, 1970), propietario de Horticultura Calabuig S.L. y presidente de Iberflora, certamen de Feria València, quien asegura que la denominada actividad verde, gracias a su vocación exterior» ha podido salir adelante en tiempos duros «que hundieron la demanda de los hogares y, sobre todo, del ámbito público. Si las administraciones y los hogares reducen su consumo los viveristas, un negocio que mueve 900 millones de euros anuales, se resienten porque este es uno de los productos que primero se deja de comprar cuando disminuye el gasto familiar», apunta el dirigente de esta empresa rodeado de baladres y adelfas que adornan su stand de Feria València.
El despegue de los «garden center»
Palmeras, madroños, acebos, naranjos, manzanos... Cada vez aumenta más el material vegetal cultivado y comercializado con propósitos decorativos por sus características estéticas. Así, flores, plantas o tallos, tanto en jardines como en diseños paisajísticos de pueblos ciudades, «vuelven a lucir porque se construyen más parques», asegura Calabuig,preocupado por la proliferación de plagas. Cuenta el empresario valenciano, que exporta el 100 % de su producción a Francia, Alemania y Holanda, que los negocios vinculados con las plantas y flores han crecido en Europa y Estados Unidos, sobre todo, por el tirón de los denominados garden center. Estos establecimientos se han convertido en los principales canales de ventas para las empresas al transformarse en auténticos parques temáticos de materiales utilizados en jardinería. «Sin el auge de este tipo de grandes tiendas, aunque también de otros canales de distribución como los hipermercados o el comercio urbano, no se explica el incremento de la cifra de facturación de nuestras empresas», indica Calabuig. Además, este despegue de las ventas también ha propiciado la entrada de inversores extranjeros en este sector.
En España hay 8.000 comercios de venta para flores y plantas ornamentales. La Comunitat Valenciana aglutina unos 400 viveristas de este segmento. Según un reciente informe de la patronal Fepex, los productos de la horticultura ornamental representan un 3,2% de la producción vegetal con 4.500 hectáreas en toda España; sobre todo en Andalucía, Comunitat Valenciana, Cataluña, Canarias, Galicia, Aragón y Murcia.
Demanda desde los países árabes
Los productores de flores y plantas se abren por tanto un significativo hueco en el negocio agrario. Además, su alta capacidad de generación de empleo y su posición competitiva en el mercado de la Unión Europea (UE) contrasta con el escaso nivel de ayudas, a pesar de fuerte competencia externa, lamentan los profesionales presentes en Iberflora. Con todo, la búsqueda de nuevos nichos de mercado les ha llevado a descubrir compradores en Emiratos Árabes, donde existe una notable demanda de olivos, viñas e higueras ornamentales, afirma Calabuig. También Marruecos es punto de ignición para las ventas al exterior de los viveristas valencianos.
Durante la última década España ha sido, después de Alemania, el país que más ha aumentado la exportación de plantas ornamentales al conseguir un crecimiento del 80 %. Fruto de esa internacionalización, el principal certamen comercial de España de este ámbito -Madrid quiere ahora abrir una pabellón dedicado a esta oferta bajo el techo de Fruit Attraction (feria agraria que se comió la valenciana Euroagro)- la 47ª edición de Iberflora ha contado con compradores procedentes de 16 países y ha logrado 700 firmas y marcas expositoras (un 23 % más que el año anterior) si se cuentan también las relacionadas con el certamen del bricolaje. Y ha contado con visitantes de Alemania, Bélgica, Costa de Marfil, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Malta, Marruecos, Portugal, Reino Unido, República Checa y Suiza.
Nuevas tendencias
¿Y el futuro? Según el dirigente de Iberflora pasa por la internacionalización. «Hay que ser referentes en Europa, principal destino de nuestras exportaciones, y apostar por las nuevas tendencias como plantas ornamentales tropicales como la papaya, aguacate, kiwi o granada, que cada vez se usan más como elementos de jardinería y decoración en instalaciones privadas o huertos urbanos», apunta Calabuig. En su opinión, aunque el mercado interior representa un 40 % de las ventas «no se pueden descuidar» los planes para incrementar las exportaciones.
El aumento del sector exterior demuestra la excelente aceptación de las flores y plantas españolas. Sin embargo, las empresas trabajan con escasos márgenes y los «precios no tiran al alza», advierte Calabuig. Según Fepex, España maneja el mayor potencial de crecimiento en Europa en la exportación de plantas ornamentales. Y sostiene que el crecimiento de las importaciones refleja una mejora significativa del consumo privado debido en gran parte a la diversificación de los canales de ventas. «A los supermercados e hipermercados cada vez les interesan cada vez más las flores y plantas», concluye el viverista valenciano.
