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Porque el origen sí importa

La globalización del comercio mundial es, desde hace ya tiempo, una realidad tangible que lleva aparejada una serie de consecuencias no siempre positivas, sobre todo si nos referimos, como es el caso, al capítulo de la agroalimentación. El público, y así lo acreditan las encuestas, está cada vez más interesado en saber lo que come y también la procedencia de lo que se lleva a la boca. De ahí la importancia creciente que están adquiriendo conceptos tales como la agricultura de proximidad y también la concienciación de que es necesario apostar por los productos propios, por la defensa, en definitiva, de lo nuestro dentro de ese mercado global que tanto se presta a la homogenización indiferenciada y hasta al fraude.

Pues bien, el ministerio de Agricultura acaba de mover ficha en ese sentido a través de una iniciativa que nos parece sumamente interesante, tanto que esa disposición no debería circunscribirse únicamente al ámbito que contempla el real decreto: el sector lácteo, sino hacerse extensiva también a otros productos tan sensibles, o incluso más, que la leche como son los cítricos, el arroz o la chufa. Y es que esta nueva norma del Ministerio -resultado de un proyecto de la anterior ministra, Isabel García Tejerina, que ha continuado su sucesor en el cargo, Luis Planas, mediante su puesta a punto y publicación- establece la obligatoriedad de incluir en el etiquetado de la leche y de los productos lácteos comercializados en España el origen de los mismos de una manera clara e inequívoca. Así, a partir de ahora habrá que indicar en las etiquetas tanto el país de ordeño como el país de transformación.Se busca aportar la máxima transparencia.

Es la primera vez que se regula en España el etiquetado obligatorio sobre el origen de un producto alimentario por decisión propia y sin que constituya un mandato previo de la normativa europea. Nos parece una medida que puede y debe proporcionar claridad a los mercados y por eso mismo desde esta organización agraria abogamos, desde ya, por extenderla a productos agrarios valencianos como los ya aludidos porque ese precepto ayudará a combatirargucias que tanto abundan en los etiquetados y permitirá a los compradores saber si el arroz que están adquiriendo es originario de Camboya, aunque se haya envasado en España, si la horchata se ha elaborado con chufas autóctonas o africanas, o si los cítricos proceden de los huertos valencianos o de la otra punta del mundo.Se podrá decidir con pleno conocimiento de causa y eso es bueno para el público, para el sector primario, para las empresas comercializadoras y, en suma, para el buen funcionamiento del mercado.

Vamos a trasladar nuestra solicitud tanto al Ministerio de Agricultura como al departamento agrario de la Generalitat para que se sume a la misma, porque cuando surge una buena idea es de ley aprovecharla.

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