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Antalya, la playa que quita el sueño a Benidorm

Autoridades de la Costa Blanca y el Consell han viajado a esta provincia turca para conocer al 'enemigo': ayudas de Estado, clima y calidad son las fortalezas del destino que vuelve a captar al turista británico

Antalya, la playa que quita el sueño a Benidorm

Los presagios no son positivos. Este 2018, de mantener la misma tendencia, Benidorm perderá medio millón de pernoctaciones de turistas británicos. La caída en la contratación de paquetes con estancia en hotel es constante. Y la elección de viviendas turísticas a través de Airbnb y otras plataformas no es el único motivo. La deserción tiene otras causas, como la recuperación de la competencia de otros destinos de sol y playa. Turquía ha crecido un 70% en captación de turistas del mercado británico, esencial para la Costa Blanca; Túnez, un 41% y Egipto casi un 60%, según los datos que maneja la patronal hotelera de la Costa Blanca Hosbec. La provincia turca de Antalya, de hecho, ha superado a Benidorm este verano en 60.000 paquetes contratados de británicos.

«Tienen muchas cosas a favor pero, sobre todo, un clima excepcional, como el nuestro, pero cinco grados más, sin la humedad del Caribe o Tailandia», explica Toni Mayor, empresario y dirigente del sector de Benidorm. Los hoteleros de Benidorm, acompañados de autoridades locales y de la Generalitat, han celebrado recientemente una expedición a Turquía para conocer al 'enemigo'. Tres días en Antalya para empaparse de las claves del éxito de esta provincia turca, con unos 600 km de costa.

La lista de fortalezas parece insuperable. Instalaciones deportivas que exprimen durante el invierno -150 campos de fútbol y 40 de golf-, autovías gratuitas y buenas infraestructuras de comunicación; una cantidad ingente de agua que convierte el área en un vergel; un mercado de mil millones de personas a 3/4 horas de avión (Europa, Rusia, región árabe) y unas instalaciones alojativas de gran nivel: más de la mitad de sus casi 600 hoteles son de cinco estrellas.

A ello se suman unos coste laborales bajos: «Pagan 500 euros brutos a un empleado con dos idiomas. Aquí, son dos mil», explica Mayor. Y, sobre todo, un Estado volcado en el apoyo al sector.

Según indican desde la patronal, el sector hotelero de Antalya disfruta de la cesión de suelo durante décadas para levantar sus megaresorts. Además, durante los últimos años en los que la inestabilidad política y la amenaza terrorista hundieron la demanda, las ayudas públicas no han cesado. «El Gobierno da al touroperador 30 euros por cada cliente que lleva», señala. Una de estas empresas ha ganado 22 millones en un año, desliza el hotelero de Benidorm.

La recuperación turca (y de otros países del Mediterráneo oriental) pone fin al fenómeno del turismo prestado, que ha traído a las costas españolas a varios millones de turistas más de lo esperado. Toni Mayor sostiene que esta competencia que resurge debe preocupar más al hotelero de producto de elite. En cuanto a áreas geográficas, la competencia directa se la hace a Canarias por tipo de producto. Antalya, en efecto, es diferente a Benidorm: aquello es una acumulación de resorts, donde no hay actividad fuera del hotel; Benidorm, en cambio, es un resort en sí mismo, el atractivo es la ciudad en general. Aún así, el fin del ciclo negativo para los destinos turcos puede hacer que la mirada del turista que estos años se ha refugiado en la C. Valenciana vuelva a mirar al Mediterráneo oriental. 2019 tiene la palabra definitiva.

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