Ryanair ha anunciado esta semana que su consejero delegado, Michael O'Leary, abandonará sus funciones actuales como gestor del día a día de la aerolínea para pasar a dirigir una 'supraestructura' que incluye, además de Ryanair, Lauda, Ryanair Sun y una filial británica, que ha creado para sortear los problemas derivados del brexit. Estará al frente de este holding los próximos cinco años. La incertidumbre frente al brexit, los malos resultados de los últimos meses o las duras negociaciones con sindicatos europeos podrían haber pasado factura al directivo, conocido por sus excéntricas presentaciones públicas, y que ahora se centrará en la eficiencia financiera del grupo, en su reducción de costes generales, en la adquisición de nuevos aviones y en la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio «a pequeña escala». En la última junta general, O'Leary, que es consejero delegado de Ryanair desde 1994, ya anunció que era poco probable que siguiera al frente mucho tiempo.
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