Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las grandes empresas disparan los despidos

Las mayores firmas han anunciado en las últimas semanas despidos masivos. Motivos endógenos y la necesidad de adaptarse a los cambios en el negocio explican estas decisiones. No que venga otra crisis

Las grandes empresas disparan los despidos Shutterstock

CaixaBank (2.157), Airbus (3.500), Vodafone (1.000), Dia (2.100), Tesla (4.000), Alcoa (700), Cemex (200). Estas grandes empresas han concretado ya el recorte de empleo que van a aplicar. Otras no lo han hecho todavía, pero se sabe que van en esa línea. Santander, que en 2018 despidió a mil personas de sus servicios centrales tras la absorción de Popular, va a ajustar este año su red y los sindicatos temen 4.000 despidos. Ford está en pleno proceso de reestructuración en su filial europea, con despidos de relevancia previstos, y la factoría de Almussafes está en la diana. Las empresas de VTC Uber y Cabify, tras las restricciones provocadas por las protestas de los taxistas, están de repliegue y han anunciado al menos 2.600 despidos en Cataluña. ¿Qué está sucediendo? ¿Debemos temer que las grandes mercantiles, con su poderío y capacidad de análisis, estén anticipándose ante un nuevo ciclo a la baja, tal como hicieron en las inmediaciones de la crisis de 2007/2008? ¿Son otros los motivos que las empujan a recortes de empleo de tal magnitud?

Ralentización

Tranquilidad. Entre los expertos consultados hay unanimidad en que estamos ante escenarios distintos. El catedrático de Dirección de Empresas de la Universitat de València e investigador del IVIE, Alejandro Escrivá, asegura que «el perfil de la crisis iniciada en 2007 es muy distinto del actual, porque la economía no está en las mismas condiciones». Por ejemplo, «antes había una burbuja financiera e inmobiliaria, a diferencia de ahora. Aunque no se hayan corregido los comportamientos, porque se vuelven a cometer errores, no es lo mismo», añade antes de recordar que en estos momentos la economía internacional ha entrado en una fase de desaceleración aunque mantiene el crecimiento que es más o menos vigoroso en según qué barrios. El director del departamento de Estudios de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Ricardo Miralles, se suma a esa percepción y asegura que, en efecto, hay ralentización en las economías española y mundial, «pero las expectativas de crecimiento son bastante importantes». Ahora bien, cuando varias empresas relevantes «anuncian un ajuste es que algo está pasando». A este respecto hay que tener en cuenta lo que afirma Escrivá, también director de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València: «Cuando se produjo la crisis, las grandes empresas fueron las primeras en reaccionar porque tienen equipos de análisis muy potentes y cuando perciben riesgos o amenazas actúan inmediatamente».

Ricardo Miralles considera que hay factores endógenos que están obligando a ciertas compañías a actuar. Dos casos emblemáticos son los de Dia y Vodafone. La primera vive una crisis interna -también societaria- sobre su modelo de negocio y se apresta a ajustarse el cinturón por la vía laboral para tratar de sobrevivir. La operadora de telecomunicaciones, por su parte, tiene que hacer frente a sus propias decisiones, en especial la pérdida del contrato del fútbol televisado. Pero, asimismo, hay factores exógenos relacionados en su mayoría con las transformaciones que están introduciendo las nuevas tecnologías y la mayor conciencia ambiental. En el primer caso se encuentran las entidades financieras. El ERE de CaixaBank, por ejemplo, es consecuencia de la necesidad de mejorar márgenes con los tipos de interés por los suelos, pero principalmente de la voluntad de adaptarse lo antes posible a la nueva banca digitalizada. En el sector del automóvil se está viviendo «un cambio de paradigma» con las penalizaciones a los vehículos de gasolina y la tendencia cada vez más acusada al uso del coche compartido.

Empleo

Lola García, secretaria de Acción Sindical de UGT-PV, afirma que, en un análisis caso por caso de los despidos masivos anunciados hasta ahora, «se ve que no se producen, en su inmensa mayoría, por causas económicas, como sucedió al inicio de la crisis, cuando había empresas con carga de trabajo que tuvieron que cerrar porque no tenían financiación». Ahora, los ERE se están aplicando de manera general «por causas organizativas o por la pérdida de clientes». El secretario de Acción Sindical de CC OO-PV, Daniel Patiño, abunda en los motivos organizativos y técnicos de los despidos actuales pero recuerda que, gracias a la reforma laboral de 2012, «las grandes empresas llevan seis años aplicando reducciones y precariedad». El dirigente sindical añade que «se ha recuperado parte del empleo perdido desde 2007», pero «mediante ERE, jubilaciones, prejubilaciones y despidos no colectivos se ha convertido el empleo normal en precario». A este respecto, Lola García recuerda que muchas empresas, singularmente las de mayor tamaño, «se están quitando de encima a los trabajadores con más edad y salarios más elevados para reducir los costes laborales con empleados más baratos». La reforma laboral, en su opinión, ha despejado el terreno, porque es menos oneroso «despedir que antes y el proceso es más fácil y sencillo».

Volviendo a la capacidad de otear el panorama de las grandes firmas, el director de Estudios de la patronal valenciana aporta otra variable relacionada, en este caso, con el entorno. La larvada guerra comercial fomentada por los Estados Unidos de Trump apunta a un incremento en los aranceles, por ejemplo, de los coches. Honda ha anunciado que se va del Reino Unido y Europa en un contexto de brexit incierto y lo hace porque «los costes no son competitivos y no tiene clara la política europea sobre combustibles». Es decir, «la política energética también tiene sus efectos». En este contexto, Ricardo Miralles incluye la inestabilidad en España. En su opinión, el entorno para las empresas nacionales e internacionales que operan en el país «no es bueno: No hay presupuestos del Estado, lo que implica que no se reducirá el déficit, habrá más gasto y a la postre más impuestos. Esto frena las decisiones de inversión y de empleo». Y concluye que «el mix de factores endógenos, exógenos y del entorno nacional e internacional explican» la reacción de las grandes empresas. Lo que es menester es que esta dinámica no vaya a más.

Compartir el artículo

stats