Las grandes empresas valencianas integradas en AVE han dado está semana la espalda a la patronal autonómica CEV. La asociación presidida por Vicente Boluda se asoció el año pasado a la CEV -una plaza en la asamblea, 1.300 euros de coste al año- para darle apoyo en un momento en que trataba de consolidar su proyecto tras la extinción de su antecesora Cierval pero, sobre todo, como se intuyó entonces y se ha confirmado ahora, para cumplir los requisitos para ocupar una planta en un céntrico inmueble de la CEV que estaba vacante desde el cierre de Cierval y se ha destinado a federaciones empresariales. AVE aduce su renuncia al traslado, previsto para el pasado enero, en la imposibilidad legal de llevar con ellas a dos fundaciones vinculadas. Será así, pero también se ha dado de baja en la patronal sin esperar a cumplir el año en ella.