La startup valenciana «La tienda del apicultor» se ha convertido en un referente en el sector en apenas cinco años. Al fundador de la empresa, Joshua Ivars, se le ocurrió la idea como trabajo de fin de carrera al comprobar que hay un nicho de negocio importante. El año pasado facturó 1,7 millones de euros y este año, tras pasar por Lanzadera, va a doblar la facturación. En la Comunitat Valenciana hay 500 apicultores que están distribuidos sobre todo por las zonas rurales del interior. «Está todo muy disperso. En la Comunitat Valenciana y en España no hay apicultores concentrados. No tiene mucho sentido abrir una tienda física en Barcelona o València. La forma más práctica de llegar a los apicultores es a través de una tienda en internet», asegura el emprendedor que trabaja desde Almoines. Ivars, que estudió Ingeniería Informática en la Universitat Politècnica, viajó a Corea del Sur para conseguir una red de proveedores y lanzó la startup. «La apicultura está de moda. Hay un auténtico boom desde hace cuatro años. Mucha gente está entrando por afición. Nosotros organizamos cursos de formación y proporcionamos todo el material necesario», precisa. Cualquiera puede ser apicultor y productor de miel por poco más de trescientos euros. «El pack básico de colmena, traje y herramientas cuesta 250 euros y un lote de 15.000 abejas con una abeja reina vale entre 70 y 80 euros», precisa. Las colmenas se suelen instalar en zonas rurales o bosques. «La legislación establece que tienen que estar como mínimo a 25 metros de un núcleo urbano, pero es una cuestión de sentido común. En terrenos públicos basta con pedir un permiso al ayuntamiento y en los privados se llegan a acuerdos con los propietarios. En países como Francia está permitida la instalación de colmenas en las ciudades porque son necesarias para la polinización», añade. Ivars vende todo tipo de productos para la apicultura en España, Portugal, Francia e Italia. «Tenemos mucho recorrido. Nuestro competidor en Francia factura 50 millones de euros», advierte.
