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Atraco perfecto

Al lector aficionado al cine le habrá venido a la memoria la inolvidable película de Stanley Kubrick al leer el título de este artículo. Por desgracia, el latrocinio que preparan Los Picapiedra (Pedro y Pablo) no es ficción sino realidad. Una situación dura y cruda que impactará de forma y manera brutal en el bolsillo de los españoles. El envejecimiento de la población española unido, felizmente, a un elevado crecimiento de la esperanza de vida, dispara cada año el gasto en pensiones. Dicho dispendio pasó de 79.200 millones de euros en 2005 a 153.800 millones en 2019.

Los sucesivos gobiernos vienen utilizando desde 2012 el Fondo de Reserva de las pensiones para hacer frente al pago de las mismas. Sin ir más lejos, está previsto que esta Navidad se empleen 3.000 millones, dejando tan sólo 2.000 millones en la hucha de las pensiones. Además, por tercer año consecutivo, el gobierno agotará el crédito extraordinario anual que la Agencia Tributaria le concede para asuntos relacionados con las pensiones. Estamos hablando de la escalofriante cifra de 37.660 millones que, en algún momento, tendremos que devolver.

Con este escenario, Los Picapiedra, noveles en economía, aunque se tengan por Nóbeles, han llegado a la conclusión de que hay que fortalecer los ingresos de la Seguridad Social. Y, por supuesto, vaciando aún más, si cabe, el bolsillo del contribuyente. No se plantean la revisión de un sistema concebido para una esperanza de vida menor. Sus prejuicios ideológicos les impiden ver la necesidad de transitar hacia un procedimiento mixto, que permita que el ahorro privado complemente las aportaciones públicas.

Me quedo pasmao, como González, cuando leo en prensa del 27 de noviembre que, lejos de pensar en ello, tienen la intención de eliminar las ventajas fiscales de los planes de pensiones. Es decir, consideran que la solución es desincentivar totalmente el ahorro y aumentar la presión fiscal.

Esta es por supuesto una iniciativa que viene recogida en el programa electoral de Podemos y con la que el PSOE, dada su debilidad parlamentaria, va a tener que tragar si quiere gobernar. Y Sánchez quiere mandar a toda costa. Si realmente la situación actual de los planes de pensiones no es de auténtico incentivo fiscal, sino de un mero diferimiento de la fiscalidad, la eliminación de este solo puede tener una consecuencia: los ahorradores dejarán de aportar dinero a estos vehículos financieros.

También quiere Podemos subir las cotizaciones y eliminar todo tipo de reducciones y bonificaciones. Y, peor aún, fulminar los topes de cotización, con la excusa de que los salarios más altos coticen más.

Me encantaría cerrar este artículo con ese tan manido «¡Qué disfruten lo votado». Pero que quieren que les diga, yo no les he votado y también les voy a disfrutar? Abran sus paraguas y preparen la cartera.

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