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"A veces me confundían con la azafata"

Sandra Deltell dirige una de las grandes consultoras en la C. Valenciana y defiende la igualdad de oportunidades con el ejemplo. «Tengo ambición, no me conformo y Soy capaz de retos mayores», indica

Sandra Deltell

La sociedad está necesitada de referentes femeninos de éxito. Las que ya lo son deben dar la cara y ser visibles para las generaciones del futuro. Que las niñas conozcan que se puede llegar a ser alta directiva. Eso también es crear cultura». Así de claro lo tiene Sandra Deltell, socia responsable de Levante de la consultora PwC España, vicepresidenta de Evap (la Asociación de Empresarias y Profesionales de València) y una de las trayectorias profesionales más edificantes de los últimos tiempos. Lo es porque Deltell (Alcoi, 1973) se ha hecho un sitio en lo más alto de su empresa en València y en los ámbitos corporativos de la Comunitat Valenciana sin tener ningún vínculo previo antes de llegar aquí desde su ciudad natal y tras entrar como becaria en PwC hace 24 años.

Deltell procede de una familia relativamente humilde. Sus padres regentaban un negocio familiar de aperitivos en Alcoi. Ella, la mayor de cuatro hermanos, tenía que trabajar los fines de semana en un pub para ayudar en casa. Allí conoció hace 30 años al que hoy es su marido y padre de sus dos hijos. Quienes coincidieron con ella la recuerdan como una niña responsable, buena estudiante, conservadora y con mucho sentido común. Dicen que desde muy pequeña empezó a practicar el arte de la organización poniendo algo de orden en su vida y en la de sus hermanos.

«Mis padres me dieron libertad total para decidir qué quería hacer con mi vida. Yo fui por delante de lo que ellos esperaban y siempre les pareció bien. No quise continuar con el negocio paterno, eso es cosa de mi hermano», recuerda desde la principal sala de reuniones de PwC en València, desde cuyo ventanal tiene una vista privilegiada de La Alameda y del Palau de la Música. Deltell siguió su camino y estudió Económicas y Empresariales en la Universidad de Alicante. Completó su formación con un programa que tendría una importancia medular en su vida, un master en Auditoría de Cuentas. Gracias a él descubrió un sector que le fascinó. «Entonces eran seis grandes de la auditoría. Hoy solo son cuatro, las big four. Varios profesores eran socios de estas firmas y yo pude entrar en una de ellas [la que hoy es PwC]». Lo hizo como becaria y desde ahí escaló posiciones hasta su puesto actual. «Me atraía que en una compañía como esta puedes entrar de aprendiz y acabar como socia, accionista y directora, además, de una geografía», recuerda feliz porque desempeñar esta actividad le ha servido para conocer como pocos las entrañas de sectores tan relevantes en la Comunitat Valenciana como construcción, automoción, seguros y sanidad, entre otros.

Cuentan que se lo ha ganado a pulso. «He tenido que hacer las cosas muy bien», reconoce. «He contado con padrinos, pero desde el ámbito profesional, el campo en el que me han conocido y apoyado. Pero no he venido de la mano de nadie de fuera. Mi familia es de Alcoi», explica la directiva, que no olvida que «las personas que han liderado PwC desde aquí antes que yo han sido muy ecuánimes y objetivas». «Valoraron mi esfuerzo, con un gran sentido de la igualdad y con voluntad de premiar el talento con independencia de su género. Siempre que hice las cosas bien, tuve mi reconocimiento y me sentí muy cómoda», indica Deltell, que cree muy poco en la fortuna. «La suerte te tiene que encontrar siempre muy peleona. Los que te ascienden tienen que encontrarse con un perfil profesional de tanta valía que les cueste decir que no te quieren. Contar con un entorno amigable ayuda, pero también hay que trabajárselo mucho para que sea difícil no tenerte en consideración», receta.

Discriminación

En los 24 años que lleva en PwC Deltell no ha sentido discriminación de género alguna, aunque sabe que no todas las mujeres tienen la misma suerte en las empresas. La ejecutiva sí recuerda algunos episodios anecdóticos cuando visitaba a sus clientes o cuando empezó a involucrarse en los ámbitos de representación institucional en la Comunitat Valenciana. «Trabajaba para empresas, ya como responsable de PwC y cuando les iba a ver la primera vez, acompañada de un compañero, siempre se dirigían a él. Luego se daban cuenta y era inevitable hablar conmigo. También me han sucedido episodios similares en actos nada más incorporarme a una institución empresarial. Cuando estaba allí esperando, algún hombre me preguntaba dónde tenía que sentarse cada uno; me confundían con la azafata. Después, cuando se enteraban de quién era yo, enseguida se disculpaban», rememora entre sonrisas la ejecutiva de Alcoi.

¿Cómo se mueve ahora ya en estos entornos tan masculinos? «Tienes que hacerte oír. Es difícil generar relaciones, encontrar lugares comunes con ellos, porque se sienten más cómodas entre ellos que con mujeres. El lugar común tiene que venir muy trabajado, que te conozcan de haber coincidido en muchos eventos€ Que encuentren en ti la profesional que eres, siempre que hayas logrado romper la barrera inicial».

Deltell, que se siente orgullosa de llegar adonde ha llegado, se mueve ahora tan cómoda en estos ámbitos de la alta dirección que tiene hambre de más. «Todavía existe mucho camino por recorrer. Tengo ambición y no me conformo. Soy capaz de retos mayores. Me gusta ver que soy capaz de superarme y me va la marcha. Cualquier desafío nuevo que se pueda plantear a nivel de mi firma, me interesa. Si me lo proponen, me apuntaré rápido», asegura la ejecutiva, que puede cumplir sus sueños y conciliar vida personal y laboral gracias a su equipo en la empresa y a su marido. «Él ha sido clave. La vida que te lleva a una posición como la mía no es muy equilibrada. Necesitas que la persona con la que convives lo asuma y defienda tu carrera profesional. Que asuma las consecuencia que tiene, entre ellas saber que no puede contar conmigo exactamente al 50% para llevar la casa, por ejemplo». Que sea él quien esté al cuidado de sus hijos no le produce la más mínima inquietud en su día a día, que está construido a golpe de «líneas rojas, marcadas y sagradas, entre el tiempo para el trabajo y el tiempo para la familia. Hay una falsa creencia de que las mujeres criamos mejor a los hijos. No es verdad. A alguien le ha interesado que lo creyéramos. Mi marido nunca fue amante de los niños€ Cuando tuvo los suyos, los crió y descubrió que para él ahora son lo más importante. Encontró esa faceta como le sucedería a cualquier hombre que se dedicara a ello».

Deltell, que corre dos días por semana y que si no está de viaje come delante de la pantalla del ordenador después de una clase de pilates, está en contra de las jornadas maratonianas y predica con el ejemplo. Desayuna con sus hijos y cena en casa. «Llego y les acuesto tras contarles un cuento y cantarles una canción de cuna. Es una rutina que no perdono», cuenta la ejecutiva, que necesita dormir ocho horas cada día. En su opinión, es necesario que las empresas desarrollen horarios de trabajo y rutinas «sanas, capaces de compatibilizarse con la vida», tanto para las mujeres como para los jóvenes, que huyen del presentismo y de la vida sine die en la oficina. Fomentar este estilo de vida es «estratégico. En los próximos 20 años, nos enfrentamos a un cambio de pirámide poblacional inasumible. O conseguimos que todas las mujeres se incorporen al mercado laboral, y facilitamos esos entornos sanos en los que crezca la natalidad, con los mismos derechos y oportunidades para madres o padres, o tendremos problemas».

La responsable de PwC considera que estos entornos servirán sí o sí para que cada vez más mujeres quieran optar a puestos de alta dirección. «Garantiza un puesto alto a una mujer y verás si se anima o no. ¡Claro que sí! Para mí es un error pensar que la mujer está decidiendo no optar. Es la trampa de la elección. Muchas dicen que no. ¿Pero qué se les está ofreciendo? Está claro que si la perspectiva es que no llegue a ningún lado, porque no hay precedentes en su empresa y porque puede que el esfuerzo no vaya a ningún lado... ¿Para qué lo va a intentar?. Es del género tonto», sostiene Deltell desde su atalaya, que le permite chequear la salud de la economía valenciana. «A nivel macro, es evidente que se esta ralentizando el crecimiento de la Comunitat, porque estamos en un entorno casi de tipos negativos. Pero es algo absolutamente coyuntural. Lo que tenemos que pensar es como sociedad es que tenemos que poner a la C. Valenciana en el siguiente nivel. Lo que tenemos que hacer es mucho más estratégico. Potenciar la inversión aquí y el crecimiento de nuestras empresas, que necesitan tamaño para innovar y ser más competitivas».

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