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Confusión sexual para matar al cucat del arroz

Agricultura acaba de instalar 475.000 difusores en los principales arrozales de la Comunitat Valenciana para combatir contra el cucat mediante la técnica de la confusión sexual con feromonas

Un técnico instala difusores en un arrozal valenciano. Levante-EMV

El sexo con fines reproductivos es probablemente el motor de la vida natural. Pero también puede ser una trampa para controlar las plagas de insectos que asuelan tantos cultivos. Por ejemplo, el cucat, el terror de los arrozales valencianos, en cuyo control y erradicación se utiliza un método biológico de confusión sexual. La conselleria de Agricultura acaba de instalar 475.000 difusores en unas 15.300 hectáreas del parque natural de la Albufera y en los marjales de Pego-Oliva y de la Llosa y Xilxes para luchar contra el también conocido como barrenador, aunque su denominación científica es la de Chilo suppressalis.

La técnica consiste en colocar unas varillas de madera con difusores de feromona sintética de la hembra del insecto para saturar la atmósfera que rodea al cultivo. Estas sustancias químicas, en una cantidad suficiente, saturan la capacidad receptiva del sistema olfativo de los insectos macho. Le confunden hasta el punto de dificultarle la localización de la hembra, evitando de ese modo el acoplamiento y que esta última resulte fecundada. Vamos, que se hace un lío. Ni placer ni progenie. Vidas cortas, patéticas, sin futuro, la de estos machos del cucat, aunque un maná para los agricultores.

Y además respetuoso con el medio ambiente, tal como explica el director general de Agricultura de la Generalitat, Roger Llanes: «Las diversas técnicas de la llamada lucha biológica vienen demostrando desde hace tiempo que constituyen un sistema que puede resultar extraordinariamente eficaz para combatir las plagas en la agricultura, como demuestra, por ejemplo, el rotundo éxito alcanzado en el arrozal valenciano por el método de confusión sexual que se aplica para luchar contra el cucat o la ceratitis capitata. Pero es que, además, hay que tener en cuenta que la preocupación por el medio ambiente es cada vez mayor, y razones sobradas no faltan para ello, de tal manera que la apuesta por sistemas de control que preserven la biodiversidad, no contaminen y sean al mismo tiempo eficientes en el combate contra las plagas agrarias se ha convertido en una necesidad».

Puntos de control

Para comprobar el adecuado funcionamiento de esta técnica, la Conselleria dispone de una red de 58 puntos de control distribuidos por todo el arrozal, con trampas tipo polillero de captura de Chilo supressalis. De esta manera, si la confusión está funcionando de forma adecuada, los polilleros no deben registrar capturas. Al final de la campaña también se realizan prospecciones de daños en los campos de arroz «donde se corrobora la mínima incidencia de la plaga», según otras fuentes del citado departamento de la Generalitat.

Además, los difusores utilizados son biodegradables de base celulósica que minimizan el residuo final en el suelo. Estos aparatos «se han ensayado durante varios años y han demostrado una eficacia idéntica a los anteriores difusores de PVC, con la ventaja de ser biodegradables. La lucha contra esta plaga venía realizándose con tratamientos insecticidas colectivos por medios aéreos».

Los resultados, además, están siendo positivos. Si se compara esta técnica de confusión sexual con los tratamientos insecticidas convencionales que se requerirían para un adecuado control de esta plaga se reduce la aplicación de productos fitosanitarios en más de un 97%, al pasar de 1,2 litros por hectárea a únicamente algo menos de 8 gramos por hectárea. Por otro lado, al ser una técnica específica que sólo afecta a la plaga del barrenador, no tiene efectos perjudiciales ni sobre los insectos beneficiosos, ni sobre la fauna del entorno, ni sobre los circundantes ni agricultores, según las mismas fuentes.

La Conselleria inició los ensayos por confusión sexual en el arroz en 1988. Desde entonces ha ido aumentando la superficie cubierta por este método y disminuyendo los tratamientos insecticidas. Actualmente, la Comunitat Valenciana es la única autonomía que aplica esta técnica. Desde 2007, toda la superficie de arrozal de la Comunitat Valenciana se cubre con los citados difusores. Año a año, se ha reducido la densidad de colocación de feromonas, lo que ha rebajado el coste de esta técnica casi a la mitad.

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