Neurociencias / Fisiología

Los latidos del corazón marcan nuestra percepción del tiempo

Nuestra percepción momentánea del tiempo no es continua o permanente: puede ampliarse o reducirse de acuerdo a cada latido del corazón

El corazón modula nuestra experiencia temporal, de acuerdo a un nuevo estudio.

El corazón modula nuestra experiencia temporal, de acuerdo a un nuevo estudio. / Crédito: Luan Luan Rezende en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Una nueva investigación muestra que la experiencia del tiempo momento a momento se sincroniza y cambia con la duración de un latido del corazón. El estudio aporta evidencias de que el corazón es uno de los cronometradores más importantes del cerebro, y que juega un papel fundamental en nuestro sentido del paso del tiempo, una idea contemplada desde la antigüedad pero que ahora puede explicarse científicamente. 

Científicos de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, han revelado en un estudio publicado recientemente en la revista Psychophysiology que existe una profunda relación entre los latidos del corazón y la forma en la que percibimos el tiempo. Los procesos bioenergéticos que ayudan al cerebro a administrar el esfuerzo y los recursos en función de los estados corporales cambiantes, incluyendo la frecuencia cardíaca, serían la base o el fundamento de esta intensa interacción. 

Los latidos de un cronómetro

Las variaciones en la percepción del paso del tiempo son una realidad que podemos advertir a cada momento: en algunas situaciones, un minuto pasa casi sin que nos demos cuenta. En otros contextos, por el contrario, esos mismos sesenta segundos no parecen terminar nunca. ¿Por qué nuestra percepción del tiempo es tan fluctuante? ¿Qué determina que el mismo espacio temporal sea experimentado de formas tan diferentes?

"El latido del corazón es un ritmo que usa nuestro cerebro para darnos una idea del paso del tiempo. Peso no es lineal: se contrae y se expande constantemente", indicó en una nota de prensa el científico Adam K. Anderson, líder de la nueva investigación. “El tiempo es una dimensión del Universo y una base central para nuestra experiencia personal. Nuestro estudio muestra que la experiencia del tiempo momento a momento se sincroniza y cambia con la duración de un latido del corazón”, agregó. 

Para llegar a estas conclusiones, Anderson y su equipo trabajaron con 45 voluntarios de entre 18 y 21 años de edad, sin antecedentes de problemas cardíacos. Los participantes fueron monitoreados con electrocardiografía (ECG), midiendo la actividad eléctrica del corazón con una resolución de milisegundos. Al estar conectado a un ordenador, el ECG facilitaba que los latidos del corazón activaran tonos breves, que duraban entre 80 y 180 milisegundos. En ese escenario, los voluntarios debían informar si los tonos eran más largos o más cortos en relación con otros.

“Arrugas” temporales

Según los investigadores, los resultados muestran la existencia de asimetrías entre los latidos y los tonos, que los especialistas denominaron "arrugas temporales". En función de este fenómeno, cuando el latido del corazón que precedía a un tono era más corto, el tono se percibía como más largo. Por el contrario, cuando el latido del corazón anterior era más largo, la duración del sonido se experimentaba como más corta, aunque objetivamente tuviera la misma extensión.

Las observaciones confirman una influencia mutua entre el corazón y el cerebro. “Hemos comprobado sistemáticamente que la dinámica cardíaca, incluso dentro de unos pocos latidos, está relacionada con el proceso de toma de decisiones en el cerebro”, destacaron los científicos en el estudio. Al mismo tiempo, advirtieron que el cerebro influye en el corazón: luego de escuchar los tonos, los participantes centraron su atención en los sonidos, indicando una “respuesta de orientación” que modificó su ritmo cardíaco y afectó su experiencia del tiempo.

Por último, los expertos destacaron que los cambios en la percepción temporal ocurren incluso en períodos ínfimos, en intervalos de subsegundos demasiado breves para generar pensamientos o sentimientos conscientes. Esto muestra que el corazón regula nuestra experiencia del presente, incluso en estos intervalos de momento a momento: nuestro sentido del tiempo fluctúa a partir de una influencia pura del corazón, de latido a latido, que ayuda a crear la percepción temporal.

Referencia

Wrinkles in Subsecond Time Perception are Synchronized to the Heart. Adam Anderson, Saeedeh Sadeghi at al. Psychophysiology (2023). DOI:http://doi.org/10.1111/psyp.14270