Localizada en el cerebro de ratones la sede de la libido masculina

Se puede activar a voluntad y provocar la lujuria o desactivar y dejar al macho en la indiferencia sexual

En esta imagen real del cerebro de un ratón macho, el rosa denota el núcleo del lecho de la estría terminal (BNST), mientras el verde refleja el hipotálamo preóptico. El impulso sexual fluye del rosa al verde en el circuito neuronal que rige el deseo de apareamiento, el comportamiento y la satisfacción.

En esta imagen real del cerebro de un ratón macho, el rosa denota el núcleo del lecho de la estría terminal (BNST), mientras el verde refleja el hipotálamo preóptico. El impulso sexual fluye del rosa al verde en el circuito neuronal que rige el deseo de apareamiento, el comportamiento y la satisfacción. / Daniel Bayless.

Redacción T21

En el cerebro de los ratones los científicos han localizado el circuito cerebral que desencadena la necesidad de apareamiento en los machos y la persecución del placer sexual, gracias al estrógeno de las hembras. Es un circuito que se puede activar y provocar la lujuria, o inhibir y conseguir la indiferencia ante una hembra. Es posible que ese mecanismo se produzca también en los hombres.

¿Qué es lo que hace que los hombres sientan deseo sexual? ¿Qué factores influyen en su libido? ¿Cómo funciona el cerebro masculino cuando se trata de sexo?

Estas son algunas de las preguntas que han intrigado a la ciencia durante mucho tiempo, y que ahora podrían tener una respuesta más clara gracias a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford.

El estudio, publicado en la revista Cell, ha identificado un circuito cerebral que controla el deseo sexual, el comportamiento de apareamiento y el placer en los ratones macho.

Este circuito está formado por un grupo de neuronas que secretan una proteína llamada sustancia P y otro grupo de neuronas que tienen receptores para esta proteína.

Cómo se desencadena el deseo sexual masculino

La sustancia P se libera desde una parte del cerebro llamada BNST hasta otra parte llamada POA, donde activa las neuronas que regulan la libido.

Dicho con otras palabras, pequeñas conexiones neuronales que tienen la tarea de procesar información del mundo exterior le dicen a un ratón macho si otro ratón del entorno es hembra. Así se despierta en el macho la sensación de placer asociada al apareamiento.

Cuando eso ocurre, la información se transmite a un conjunto adyacente de células cerebrales, ubicadas en el mismo circuito. Luego, una pequeña proteína, llamada Sustancia P, emite una llamada a la acción (al coqueteo) que norlmalmente culmina con el apareamiento.

Los científicos advierten que no se sabe si este mecanismo de apareamiento es válido también para los humanos, aunque consideran probable que sea universal entre los mamíferos masculinos.

Mecanismo que se puede regular

Otra constatación no menos importante: los investigadores descubrieron que al estimular o inhibir este circuito podían aumentar o disminuir la actividad sexual de los ratones macho.

Normalmente, los ratones macho tardan de 10 a 15 minutos en prepararse para el apareamiento. Una vez conseguido, se toman un descanso de cinco días antes de recuperar el interés por otra hembra.

Sin embargo, cuando los investigadores infundieron directamente la sustancia P en el cerebro de los ratones, los animales se convirtieron en adictos al amor. El centro de la lujuria, entendida como el deseo y actividad sexual exacerbados, se había activado.

Enzima clave

Otro hallazgo no menos sorprendente del estudio fue que este circuito depende de una enzima llamada aromatasa, que convierte la testosterona en estrógeno.

Los investigadores comprobaron que, al bloquear la acción de esta enzima en el cerebro de los ratones macho, se reducía drásticamente su interés sexual.

Lo llamativo es que el estrógeno, una hormona típicamente femenina, resulta ser esencial para mantener el deseo sexual en los machos. Este hallazgo será el foco de futuras investigaciones.

Implicaciones importantes

El estudio tiene implicaciones importantes para entender mejor cómo funciona el cerebro humano en relación con el sexo, y para desarrollar posibles tratamientos para problemas como la disfunción eréctil, la falta de deseo o la adicción al sexo, señalan los investigadores.

Sin embargo, los autores advierten que se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y explorar las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino.

Este estudio se suma a otras investigaciones previas que han analizado el papel de las hormonas y los neurotransmisores en el comportamiento sexual.

Por ejemplo, se sabe que la dopamina, la serotonina y la oxitocina son sustancias químicas que intervienen en el proceso del deseo, la excitación y el orgasmo.

Fenómeno complejo

También se sabe que factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, la autoestima o las expectativas influyen en la libido.

El deseo sexual masculino es un fenómeno complejo y multifactorial, que no se puede reducir a una sola causa o mecanismo.

Sin embargo, gracias a estudios como el de Stanford, estamos cada vez más cerca de comprender cómo funciona el centro cerebral de la libido masculina.

Referencia

A neural circuit for male sexual behavior and reward. Daniel W. Bayless et al. Cell, August 11, 2023. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cell.2023.07.021