Ciencia y sociedad

Israel puede quedar fuera del programa científico Horizonte Europa por su actuación en Gaza

El boicot académico y los vínculos de las universidades israelíes con el ejército amenazan su continuidad en el Espacio Europeo de Investigación

Comparecencia ante los medios de comunicación de la Acampada Palestina UPV en el Campus de Vera (València).

Comparecencia ante los medios de comunicación de la Acampada Palestina UPV en el Campus de Vera (València). / EUROPA PRESS

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Después de casi 30 años de relaciones científicas, Israel puede quedar fuera del programa científico Horizonte Europa, del que ya ha recibido 600 millones de dólares, como consecuencia del boicot académico por los vínculos de las universidades israelíes con el ejército que ocupa Gaza.

Los boicots académicos por la guerra de Gaza ponen en peligro el lugar de Israel en Horizonte Europa, así como al Espacio Europeo de Investigación, advierte Science Business.

Los académicos israelíes afrontan un boicot global “sin precedentes”, según informa el diario Haaretz, con invitaciones a conferencias canceladas, conferencias en el extranjero interrumpidas y artículos científicos rechazados por razones políticas, tal como ocurrió con los científicos rusos después de la invasión de Ucrania.

Eso significa que Israel ya está siendo excluido de Horizonte Europa, el programa marco de investigación e innovación (de la Unión Europea (UE) para el período 2021 -2027 que tiene una financiación de 95.517 millones de euros, el mayor presupuesto hasta la fecha.

Israel ha recibido más de 600 millones de euros de Horizonte Europa, más que muchos Estados miembros de la UE, incluidos Polonia y la República Checa. En el anterior programa marco, conocido como Horizonte (2014-2020), 1.280 millones de euros fueron enviados a empresas e instituciones israelíes, según denunciaron casi 300 científicos en una carta abierta difundida el pasado febrero. Después del boicot académico, deberá abandonar su participación en muchos de los consorcios de investigación en los que participa actualmente.

Academia, implicada en la guerra

En Israel hay 58 instituciones de educación superior reconocidas oficialmente y todas tienen al menos un convenio con el Ministerio de Defensa que dirige la ofensiva en Gaza, según el recuento realizado por el periodista palestino residente en España Mussa'ab Bashir y publicado en Arainfo.

En virtud de estas políticas, muchos universitarios sirven al ejército al mismo tiempo que estudian, mientras los miembros del Consejo de Educación Superior en Israel donan material y equipamiento para el ejército, documenta Bashir.

España, junto a Noruega, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia, Irlanda, Bélgica e Italia, son los países más decididos a distanciarse de unas universidades estrechamente unidas a las fuerzas armadas, bien con ocupaciones de campus como con decisiones más formales de ruptura.

Junta Rectora de la CRUE.

Junta Rectora de la CRUE. / CRUE.

España e Irlanda

En España, la Conferencia de Rectores de Universidades (CRUE) se plantea suspender los acuerdos con universidades y centros de investigación israelíes que “no expresen un compromiso firme con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”, al mismo tiempo que pide el cese inmediato y definitivo de las operaciones militares del ejército israelí en Gaza, así como de cualquier acción de carácter terrorista, y la liberación de las personas secuestradas por Hamas.

En Irlanda la reacción no ha sido menos significativa: el Trinity College Dublin ha anunciado que suspenderá las inversiones en empresas israelíes que tienen actividades en el Territorio Palestino Ocupado y aparecen en la Lista Negra de la ONU, al mismo tiempo que se esforzará por desinvertir en otras empresas israelíes. También facilita el acceso a los estudiantes de Gaza víctimas de la guerra que buscan continuar su educación, al mismo tiempo que revisa los intercambios de estudiantes con Israel.

Noruega, Bélgica…

En Noruega, la Universidad OsloMet anunció que suspende el acuerdo de intercambio con la Universidad de Haifa y que no celebraría nuevos acuerdos generales de cooperación con ninguna universidad israelí. Según informa la Red Académica Sudafricana Contra el Apartheid Israelí (SAANAI), la Universidad de Haifa excluye a los ciudadanos palestinos de la educación y tiene estrechos vínculos con el ejército israelí.

Por su parte, la Universidad del Sudeste de Noruega ha puesto fin también a los acuerdos con Haifa y el Hadassah Academic College de Jerusalén, aunque destacó que no cesaba la colaboración individual con Israel.

En Bélgica, la Universidad de Gante ha anunciado que no colaborará con empresas de defensa ni servicios de seguridad israelíes, ni con empresas que obtienen beneficios de sus actividades en los territorios ocupados por Israel, ni con universidades ubicadas (aunque sea parcialmente) en los territorios ocupados por Israel, ni con grupos de investigación que colaboran con el ejército israelí o que realicen investigaciones arqueológicas en los territorios ocupados por Israel.

Países Bajos, Eslovenia…

En los Países Bajos, la Universidad de Leiden ha anunciado que se compromete a no admitir estudiantes de intercambio con la la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de Tel Aviv, así como a crear comités para revisar las colaboraciones de investigación nuevas y existentes con Israel.

En Eslovenia, la Universidad de Ljubljana anunció que comprobaría si los futuros socios israelíes potenciales de Horizonte Europa tienen conexiones con el ejército o si apoyan la “violencia”, así como que apoyaría a todos los estudiantes de los territorios palestinos ocupados por Israel.

Hay que tener en cuenta que todas estas medidas se están adoptando después de que estudiantes de toda Europa estén ocupando sus universidades para exigir el fin de los bombardeos israelíes en Gaza y el replanteamiento de las relaciones académicas con Israel, informa Le Monde.

La Universidad Islámica de Gaza, con la que la Universidad Complutense de Madrid tenía un convenio de colaboración, fue destruida por las bombas israelíes el 11 de octubre, y el 2 de diciembre, que causaron la muerte de su rector, Sufyan Tayeh.

La Universidad Islámica de Gaza, con la que la Universidad Complutense de Madrid tenía un convenio de colaboración, fue destruida por las bombas israelíes el 11 de octubre, y el 2 de diciembre, que causaron la muerte de su rector, Sufyan Tayeh. / Agencias.

Reacciones israelíes

Sin embargo, la reacción académica israelí está siendo insensible a estos movimientos: Gila Gamliel, ministra de Innovación, Ciencia y Tecnología, ha anunciado en la red X que su gobierno continuará luchando contra el movimiento de boicot y que no se doblegará ante el “antisemitismo y los elementos antiisraelíes”. Añade que prepara un plan de acción para atraer universitarios de otras partes del mundo y compensar así el vacío europeo.

Pero eso difícilmente resolverá el problema planteado por el mundo académico europeo. Tal como señalamos en otro artículo, Israel necesita mantener su economía innovadora para sostener su ventaja militar y su seguridad nacional, según un informe del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

El informe recomienda que Israel incremente su inversión en educación, infraestructura, salud y medio ambiente, así como que diversifique sus socios comerciales y científicos. La realidad es que está haciendo todo lo contrario, una situación que se agravará después de su alejamiento del proyecto Horizonte Europa.

Viejos vínculos con Europa

Israel está implicado desde hace casi 30 años en proyectos científicos europeos, como los de Horizonte Europa, debido a su reconocida posición como líder tecnológico y su integración en el marco de investigación e innovación de la Unión Europea.

Sin embargo, la participación de Israel en proyectos científicos europeos está siendo cuestionada desde mucho antes del 7 de octubre y de la posterior invasión de Gaza, debido a la percepción de que las universidades israelíes desempeñan un papel clave en la planificación, aplicación y justificación de las políticas de ocupación en Palestina.

Esto ha provocado en el pasado diversos llamamientos al boicot académico por parte de grupos como el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), fundado en 2005: defiende que los palestinos tengan los mismos derechos que el resto de la humanidad y aboga por cortar lazos con instituciones israelíes implicadas en actividades que consideran contrarias a los derechos palestinos.

A pesar de estos desafíos, Israel se ha mantenido hasta ahora como parte integral de la estrategia científica de la UE durante décadas, siendo reconocido como un socio tecnológico avanzado. Incluso la UE ha financiado la tecnología de drones utilizada por Israel en la guerra de Gaza, según una investigación de la ONG Statewatch y de Informationsstelle Militarisierung (IMI).

¿Fin de era?

Esta es la era que puede estar llegando a su final: la creciente ola de boicots académicos y la presión internacional han puesto en entredicho la continuidad de la colaboración científica entre Israel y Europa, sobre todo después de que la ciencia europea se esté abriendo a la militarización y de que las decisiones adoptadas por la Corte Penal Internacional de La Haya pidiendo el cese de la ofensiva en Gaza, hayan sido ignoradas por el gobierno de Netanyahu, expuesto además a una orden internacional de detención.

ScienceBusiness aclara no obstante que las universidades europeas que han anunciado boicots o lanzado revisiones siguen siendo una pequeña minoría y que las medidas contra las universidades israelíes pueden tener un efecto boomerán indeseado: socavar el Espacio Europeo de Investigación (EEI), que se propone crear un mercado único de la UE para la investigación, la innovación y la tecnología a través de la libre circulación de investigadores y de conocimientos.

El panorama futuro del EEI se complica con esta agitación académica, teniendo en cuenta que Europa está dividida por la guerra en Gaza, con Irlanda, Noruega y España dispuestas a reconocer el Estado palestino mientras Alemania sigue respaldando a Israel.

Otras posibles repercusiones

Teniendo en cuenta que Israel es miembro de EUREKA, la red pública de cooperación internacional en I+D e innovación más grande del mundo, presente en más de 45 países, y que también es el único país no europeo con membresía plena en el CERN, la organización internacional de investigación en física de partículas, el impacto de la invasión de Gaza en el campo científico israelí e internacional puede que todavía solo esté empezando, con efectos no deseados que pueden eclosionar en cualquier momento. Rusia, que ya pasó por ahí, lo sabe muy bien.

La tormenta científica continúa.