Tu cuerpo es el vehículo que te lleva a todas partes. Es el lugar donde permaneces cuando estás solo, también cuando estás acompañado. Tu cuerpo es el lugar donde estarás toda tu vida, no importa donde te encuentres o que hagas. Tu cuerpo siempre estará contigo mientras estés aquí, o mejor dicho, tú estarás en él. El cuerpo es una máquina excelente, contiene las piezas perfectas y su puesta a punto puede hacer que tu viaje de vida sea cómodo y feliz, o tortuoso y trágico. Suena drástico, pero es así.

¿Te apetece viajar en un Ferrari o en un coche de segunda mano? La respuesta es obvia. Ir en un Ferrari es increíble, la sensación de viajar confortable, plácida, con todo tipo de lujos por dentro y por fuera, no tiene ni por asomo nada que ver con un coche de segunda mano, deteriorado, dañado y afeado.

No hay cuerpos indispuestos, sino mentes perezosas. Me encanta esta frase...

No importa la edad que tengas, si quieres un cuerpo diez en todos los aspectos, si quieres sentirte como un Fórmula 1, sé consciente de que tú eres quien elige el combustible correcto o incorrecto. Elige bien o tu vehículo te pasará factura. Recuerda que la única diferencia entre nuestro cuerpo y una máquina es que si se estropea no podemos comprar uno nuevo...

Supongo que lo que acabas de leer te ha agobiado un poco, pero todo puede cambiar, tu cuerpo te habla, solo tienes que aprender a escucharlo.

De la misma manera que nuestro coche nos avisa en el panel de control cuando algo no va bien con una señal luminosa, o nos avisa de algo con algún tipo de tono, nuestro cuerpo lo hace exactamente igual. Nos avisa de que algo no va bien con sensaciones negativas (tonos de aviso) o aparición de algún síntoma en nuestro exterior (señales luminosas).

El cuerpo se manifiesta cuando algo está fallando, entonces sentimos alguna molestia o detectamos que algo ha cambiado en algún lugar de nuestro cuerpo. Podemos tener dos tipos de síntomas. Uno en forma de sensación negativa, que son aquellas sensaciones que van por dentro, que no se ven (dolor, nauseas, baja autoestima, falta de atención, cansancio, estrés, picor, escozor, irritabilidad, pérdida de apetito, apetito compulsivo, etc...) o puede ser un síntoma visible negativo, que son aquellos síntomas que sí vemos en nuestro exterior (caída del cabello, erupciones cutáneas, acné, ojeras, hinchazones...incluso diarreas, estreñimiento, vómitos, fiebre, etc).

Si el cuerpo te avisa muy a menudo con el mismo tono de aviso y/o la misma señal luminosa, ¡Atención hay que chequearlo! No te empeñes en tomar una y otra vez pastillas para el dolor de cabeza, ni tomes continuamente pastillas para provocar ir al baño, no compres mil lociones para cambiar el aspecto de tu cabello o tu piel, ni tomes 20 cafés para poder mantener el ritmo. Esto solo son parches que enmascaran tu problema momentáneamente y que a la larga las consecuencias son mucho peores.

¡Ataja el problema y ve al origen! No te acostumbres a convivir con ningún tipo de dolencia o síntoma negativo. Escucha a tu cuerpo y dale lo que pide para arreglar el asunto: nutrientes

¿No crees que sería de bobos dejar estropear tu magnífico coche mientras ves una y otra vez en tu panel de control check engine (chequee el motor)? Piénsalo.