Aunque es la principal uva blanca de toda la zona del Clariano, hubo un momento en los años 90 en que quedaron pocas hectáreas plantadas con Verdil. Aún hoy, se pueden contar con los dedos de una mano los vinos hechos al 100% con esta uva. Y es que la Verdil es difícil de trabajar, ya que, si se recoge antes de que llegue a su momento de sazón tiene excesiva acidez; mientras que, si por un descuido o si no es posible vendimiar cuando ha alcanzado su equilibrio óptimo, enseguida da un grado elevado y oscurece su color.

El bodeguero Luis Corbí es especialista en la elaboración de vinos blancos. Las instalaciones enológicas y viñedos de Clos Cor Ví están ubicadas en Moixent. Sus vinos más conocidos son los monovarietales que elabora con Riesling y Viognier, por su calidad y porque hay muy pocos de este tipo en España. Con un ensamblaje de ambas y 9 meses de crianza en barrica elabora 'Cimera', buque insignia de la bodega, y cuenta con la dirección del enólogo Yosu López de Ocáriz. Con la Verdil hacen 'Versat', un vino que acaba de estrenar nueva etiqueta. El de 2018 es más aromático y frutal que el de la añada anterior al haber sido vendimiadas las uvas unos días antes. El vino permanece 4 meses con sus lías finas, para ganar volumen y untuosidad. Es de color amarillo pajizo, brillante. En nariz es franco en aromas, complejo, con notas de fruta de hueso (nectarina, albaricoque) y a flores frescas, con apuntes balsámicos y de pimienta blanca. Conforme se abre aparecen aromas de fruta tropical, plátano y algo de menta. En el gusto es fresco, con gran volumen y estructura por su natural contenido glicérico por el trabajo de las lías finas, que aportan redondez y sedosidad, en un final largo y con buena persistencia. Un Verdil con volumen en boca, sedoso y equilibrado, marca de la casa.