El paso del tiempo y sobre todo la edad ha hecho evolucionar a Los Inhumanos. Poco queda ya de aquel grupo gamberro y canalla que, en los ochenta, se desmadraban en los escenarios. Cuarenta años después publican nuevo disco Qué difícil es hacer el amor cuando te haces mayor. Sergio Aguado, vocalista, reconoce que han evolucionado y ahora son «más reflexivos» .

P ¿Qué difícil es hacer el amor cuando te haces mayor es vuestro álbum póstumo?

R Sí, al final un disco es una tarjeta de visita cara. Con este álbum cerramos nuestra etapa discográfica pero seguiremos haciendo conciertos. El negocio actual no se parece en nada al de los años ochenta porque el consumo ha cambiado. En los conciertos, la gente nos pide que toquemos las canciones de siempre. Creemos que ya no tiene sentido sacar un disco físico como tal. A partir de ahora, cuando nos apetezca sacaremos una canción y la difundiremos a través de plataformas digitales.

P Lo fuerte de Los Inhumanos es el directo.

R Efectivamente. Somos un grupo que se creó para pasárnoslo bien pero, con la edad, hemos evolucionado. Antes escribíamos canciones como Manué, no te arrime a la pared o Me duele la cara de ser tan guapo pero ahora eso ya no tiene sentido.

P ¡Os habéis hecho mayores!

R Y donde más se nota es en el contenido de las letras. Para este álbum hemos rescatado canciones de cuando empezamos pero les hemos modificado la letra. Por ejemplo, Tu chica se fue se compuso cuando teníamos 18 años y ahora hemos transformado la letra a una relación donde el hombre maltrata a la mujer y le decimos que su chica se fue por culpa de no portarse bien con ella. Lo mismo ha pasado con Enamorada de un gorila, que ahora es Enamorada de un gorrilla. Ya no tenemos 18 años y no tenemos ganas de cantar lo que cantábamos en entonces porque nos sentimos ridículos. Algunas clásicas, que ya son casi himnos generacionales, las hacemos igual porque así lo pide el público. Me duele la cara de ser tan guapo, Manué o Simca 1000 no pueden faltar en los conciertos. En ciertas cosas, eso sí, tenemos que matizar, por ejemplo, cuando cantamos Las chicas no tienen pilila explicamos que la compusimos con 15 años y era porque el cura nos decía eso. Queremos que la gente entienda el contexto sociocultural de la época y que esas canciones son casi patrimonio del pueblo. No pretendemos molestar a nadie. La idea no va más allá de que la gente se lo pase bien.

P ¿Os hirió de muerte que Alfonso Aguado formara Capitán Canalla?

R Ese fue nuestro momento más crítico. En un grupo tan multitudinario como el nuestro desde el primer minuto hubieron cambios. Uno de los doce fundadores, por ejemplo, nos dejó a los pocos meses porque una novia le obligó a elegir y, cuando a los meses la novia lo dejó, quiso volver y no lo aceptamos. De doce pasamos a treinta y el movimiento fue continúo pero la marcha de Alfonso fue diferente porque él era el compositor de la mayoría de canciones y el alma mater del grupo. Yo me integré en el 83 cuando dejé Orfeón Brutal. Cuando Alfonso decide irse y formar un nuevo grupo, nos planteamos qué hacer y es cuando se decide, en 2001, que yo me quede al frente. De 2001 a 2004 fueron años muy duros. El cansancio nos había pasado factura, faltaba energía, los directos no eran buenos y empezamos a tener pocos bolos. Tuvimos casi que refundarnos. Decidimos meter savia nueva y volvimos a tocar en escenarios grandes, cerrar giras... Con el tiempo se han ido reintegrando los fundadores y hasta el propio Alfonso participa en este disco. Creo que hemos recuperado la esencia del grupo porque no queríamos ser una tuna o una fiesta de despedida de soltero.

P En estos 40 años, ¿cuántas personas han pasado por Los Inhumanos?

R Calculamos que unas 400 personas. Eso es una barbaridad y nos ha generado muchos problemas. Mucha gente se metió en el grupo sin inquietudes musicales y solo por pasarlo bien. A principios de los noventa, muchos de los que se fueron o se les invitó a irse se anunciaban en los bolos como componentes de Los Inhumanos y actuaban por ahí sin dar la talla. Esto nos creó problemas de identidad y, en parte, eso es lo que nos obliga a reivindicarnos.

P ¿Mantenéis la vena gamberra, canalla, e incluso transgresora, que os lanzó a la fama?

R Mantenemos el mismo espíritu pero hemos cambiado, no te voy a engañar. Actuar para nosotros es ahora una válvula de escape con el que salir de nuestra rutina. Ahora nuestros conciertos son populares y viene gente de todas las edades Hay una parte espontánea pero llevamos el concierto muy bien preparado.

P Detrás de esa túnica, ¿quién se esconde ahora?

R Bajo ellas ya no hay estudiantes y sí abogados, médicos, economistas, funcionarios€ somos un poco el reflejo de la sociedad. Como grupo, somos como un equipo de fútbol donde hay titulares y reservas donde el más pequeño tiene 25 años y el mayor 63 . Es curiosos pero a los grupos normales, la gente les conoce por sus caras y a nosotros por las túnicas.

P Este álbum es muy reivindicativo. ¿Responde a un porqué?

R Nos adaptamos a los años que tenemos y a nuestros problemas. Somos gente preocupada por la igualdad y diversidad sexual, por el medio ambiente u otras cosas que antes no existían y eso se refleja en nuestras letras como la canción que es un alegato contra la violencia machista. Hemos hecho un tema con niños africanos de Benin para colaborar con la ONG Juntos por la vida. Ya no buscamos ser número uno sino hacer lo que nos apetece.

P Definitivamente os habéis hecho mayores como refleja el modificar la letra de Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000 en Qué difícil es hacer el amor cuando te haces mayor.

R Exacto, ese es el ejemplo de nuestra evolución, de lo que nos pasaba con 18 años y lo que nos pasa con 50. Así es la vida.

Videoclip de la canción que da nombre al nuevo álbum de Los Inhumanos